Lleva más de treinta años en el mismo bar de La Serrana, en Jerez. El local pequeñito de siempre donde empezó de jovencito junto al Boti y su mujer. Por allí pasó también Manolo Sierra antes de hacer historia con Las Bridas.
Cuando El Mati se jubile dentro de un lustro, que no es nada, se echará el telón a un negocio que se convertirá en leyenda.
Se recordará a aquel hombre reconocido por cocineros con estrellas Michelín y por reputados críticos gastronómicos.
Aquel que todo lo hacía y bien. Apuntar la comanda, servir la bebida y los aliños, enharinar el pescado y freírlo o asarlo, ajustar la cuenta, cobrarla, fregar los platos, los vasos y los cubiertos, y por supuesto cobrar. Y todavía le sobraba tiempo para alegrar a la clientela con sus muchos chascarrillos.
Encima El Mati tiene la habilidad de dar gloria a sus feligreses. Con el pescadero del barrio que le provee desde siempre y el ritual diario que le procura llenar el negocio a diario. No se nos ocurría mejor sitio para arrancar el programa del centenario de Abocallena.
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