Los atentados, que aparentemente tenían como objetivo embajadas o sedes consultares, fueron perpetrados por tres suicidas en los barrios de Al Mansur, en el oeste de Bagdad, y en el de Al Salehiya, en el centro de la capital.
En los tres casos, según dijeron a Efe fuentes policiales, los conductores de los coches-bomba llevaban también cinturones explosivos como carga adicional.
La tragedia que se vivió ayer en Bagdad, la más grave desde el 25 de enero pasado, pudo ser aún mayor porque un cuarto terrorista fue interceptado en el barrio de Masbah cuando conducía otro coche-bomba y también llevaba un cinturón de explosivos.
En este caso, el terrorista murió por los disparos de los agentes antes de que pudiera activar los explosivos. Una de las dos bombas del barrio de Al Mansur estalló a unos 150 metros de la embajada de España en Bagdad. La sede diplomática sufrió daños de consideración por la explosión, pero no hubo víctimas entre su personal ni entre los agentes de seguridad.
La embajada española está pegada a la de Alemania y ambas sedes diplomáticas comparten el dispositivo de seguridad de uno de los accesos.
En el otro, que da directamente a la embajada de Alemania, murió uno de los agentes iraquíes de seguridad y otros dos resultaron gravemente heridos, según dijo telefónicamente a Efe el encargado de negocios de la embajada española, Antonio González Zadala y Pena.
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