Desde Valverde, en la isla canaria de El Hierro, el líder del PP, Mariano Rajoy, no ha querido añadir nada a lo que ya había dicho el día anterior, cuando aceptó la baja temporal del partido solicitada por Matas y le deseó lo mejor, “que se defienda y, si puede, demuestre su inocencia”.
Su reacción ha sido calificada como muy tibia y poco firme por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien ha instado al PP a elevar su nivel de exigencia ante la corrupción.
Pese a que Rajoy ha eludido este tema, el vicesecretario general del PP balear, Miquel Ramis, no ha querido orillarlo y ha reconocido a los periodistas que “seguramente” se habían “hecho cosas mal”, si bien ha precisado que son “las personas” las que cometen los “errores” y “no los partidos”.
Ramis hizo hincapié en que su partido ha completado un proceso de renovación respecto a la etapa del liderato de Matas.
Más allá en sus reflexiones ha ido la portavoz del Govern balear, Joana Barceló, que ha pedido al PP más contundencia contra Matas y ha confiado en que, si los tribunales confirman que el ex presidente malversó fondos públicos, se le obligue a retornar el dinero defraudado a las arcas de la Comunidad.
Crítica se ha mostrado asimismo la secretaria de Organización del PSOE balear, Rosamaria Alberdi, en cuya opinión es “una vergüenza” que el PP no aclare las sospechas de financiación ilegal de ese partido.
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