El cuadro "Santa Catalina de Alejandría" de Murillo, considerada una obra de calidad excepcional y que fue comprada por la Junta de Andalucía en junio pasado por 1.089.000 euros, se muestra desde este lunes en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que cuenta con 24 obras del maestro sevillano.
La obra, que fue expoliada de la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla en 1810 durante el periodo napoleónico, fue adquirida por la Fundación Focus en 2003 y, ante la crisis de la empresa Abengoa a la que pertenece esa fundación cultural, protegida como Bien de Interés Cultural (BIC) antes de su compra por parte de la Administración andaluza.
"Santa Catalina de Alejandría" se muestra ahora con carácter temporal en una sala de la planta baja del Museo para posteriormente pasar a formar parte de la exposición permanente, según han explicado en la presentación de la obra a los medios de comunicación el consejero andaluz de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, y la directora del museo sevillano, Valme Muñoz.
Se trata de una obra "exquisita y excepcional", perteneciente a la época temprana de Murillo, que es la menos representada en las colecciones del Bellas Artes de Sevilla, según ha explicado Valme Muñoz, mientras que el consejero ha reiterado la decidida apuesta del Gobierno andaluz por incrementar los fondos museográficos andaluces con obras de alto interés patrimonial.
Al ser preguntado por la posible adquisición del "San Pedro Penitente" de Murillo también propiedad de la Fundación Focus e igualmente declarado BIC, Bernal ha pedido al Ayuntamiento de Sevilla que se sume al grupo de instituciones que puedan aunar esfuerzos para hacer posible esa adquisición -lo que ha hecho un día después de que el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, pidiera a la Junta y al Gobierno que garantizaran esa compra ante su posible subasta en el proceso de liquidación de Abengoa-.
La "Santa Catalina de Alejandría" de Murillo, hasta ser atribuida definitivamente a este maestro sevillano por el especialista Benito Navarrete, lo fue con anterioridad a Alonso Cano y, durante el siglo XIX, a Zurbarán, y fue pintada entre 1652 y 1657, en la etapa en la que el joven Murillo estaba todavía influenciado por el naturalismo tenebrista de la generación anterior.
Con unas dimensiones de 75 por 58 centímetros, el cuadro, que fue trasladado al Museo de Bellas Artes hace unas semanas, presenta un buen estado de conservación, según han dictaminado los conservadores de la pinacoteca.
Murillo representó a Santa Catalina de Alejandría en un retrato que emerge iluminado sobre un fondo neutro y oscuro, dirigiendo su mirada fijamente al espectador, de medio cuerpo, vestida con suntuosos ropajes y portando en sus manos los atributos que la caracterizan por su martirio, la espada y la palma.
Tras su exposición temporal, el cuadro se exhibirá junto a otro lienzo de la primera época de Murillo, "La estigmatización de San Francisco" y otras obras del pintor sevillano como los episodios de la vida de San Agustín y una pequeña Inmaculada pintada sobre cobre del último periodo de su vida.
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