La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a cuatro años de prisión a un hombre de 36 años por mantener una relación de pareja con una niña de 13 años con la que llegó a tener una hija. Actualmente, el acusado se encuentra en prisión por otros delitos, pero mantiene la relación con esta joven, actualmente con 18 años, y de la que dijo que no podía "prescindir".
Se le condena como autor de un delito de agresión sexual a menor de 16 años y se le aplica la reforma operada en el Código Penal por la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de septiembre de garantía integral de la libertad sexual, popularmente conocida como sí es sí. El límite de la pena se sitúa ahora en seis años, frente a los ocho años de antes de entrar en vigor la nueva ley.
La Audiencia de Jaén le impone también la pena accesoria consistente en la prohibición de aproximarse a la víctima, a su domicilio o lugar en el que se encuentra a una distancia inferior a 200 metros y de comunicar con ella durante un período de dos años más que la pena de prisión impuesta. Asimismo, se le condena a dos años de libertad vigilada con la obligación de participar en programas formativos, laborales y culturales de educación sexual.
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press a través del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, establece rebaja la pena en un grado y la deja en cuatro años por no tener certeza de que el acusado conociera la ilicitud penal de su conducta, "duda que ha de resolverse a favor de reo", tal y como hace constar el tribunal.
Los hechos sentenciados se remontan a principios de 2018 cuando el acusado tenía 31 años y comenzó una relación con la menor que, según la declaración del acusado, le dijo que tenía 17 años, edad que él no puso en duda cuando unos amigos se la presentaron.
La verdadera edad de la menor, según indicó el acusado en el juicio celebrado el pasado 10 de noviembre, la descubriría meses después cuando la menor sufrió una crisis epiléptica y la trataron al área de pediatría del Hospital, pero "ya era tarde" porque "para mí ya era muy difícil prescindir de ella".
La menor y el acusado llegaron a vivir con la familia de la menor que permitían una relación en la que ella llegó a quedarse embarazada cuando tenía 14 años recién cumplidos. De esta forma, tuvieron una hija que les fue retirada por Servicios Sociales y que ya ha sido entregada en adopción.
Cuando en 2019 el acusado entró en prisión, dejaron por unos meses la relación, pero la retomaron nuevamente desde la cárcel y a día de hoy tanto él como ella aseguran que siguen juntos y "enamorados" y por eso el tribunal rechaza la indemnización de 3.000 euros solicitada por el Ministerio Fiscal.
El procesado dijo que la menor no aparentaba 13 años y que era "muy madura" para su edad. Ha negado también haberla obligado a mantener relaciones sexuales con él porque "todo fue consentido". "Yo la quería y no paré a preguntarme nada", ha relatado el acusado para justificar el haber seguido adelante con la relación a pesar de conocer que la que considera su pareja era una niña de 13 años cuando comenzó a salir con ella.
La joven también declaró en el juicio por videoconferencia y aseguró que el acusado no fue el primer hombre con el que mantuvo relaciones sexuales. "A mí me apetecía, lo quería y a día de hoy lo sigo queriendo", dijo la joven, que pronunció ante el tribunal frases como "me lo ha dado todo", "con nosotros se portaba muy bien" y "estaba enamorada de él y sigo enamorada".
También compareció en calidad de testigo la madre de la joven que ha dicho que su hija, a pesar de tener 13 años, "tenía la mentalidad de una persona de 20 años" y que ella no veía bien la relación, pero, "si ellos se gustaban y se querían, qué iba a hacer".
El caso de esta joven se destapó cuando desde el IES en el que estudiaba se contactó con Servicios Sociales por considerar que la niña podía estar siendo víctima de una situación de violencia sexual. A partir de ahí fue una reacción en cadena ya que ella se quedó embarazada e incluso tuvo que entrar en un centro de protección de menores.
La Fiscalía calificó los hechos como un delito de abuso sexual por el que reclamó para el acusado seis años de prisión, prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima por un tiempo de siete años superior a la pena de cárcel impuesta y cinco años de libertad vigilada, además del pago de 3.000 euros en concepto de responsabilidad civil.
Por su parte, la defensa abogó por la libre absolución por considerar que el acusado y la joven conformaban un núcleo familiar donde no ha habido abusos sexuales porque "las relaciones sexuales fueron plenamente consentidas".
Sobre este punto, la sentencia lo rechaza al excluir la simetría de edad entre la menor de 13 años y el acusado de 31, existiendo una diferencia de 18 años entre ambos. A ello le añade el no contar con prueba alguna para afirmar que la menor presentara un grado de madurez superior a propio de su edad.
La sentencia no es firme y se puede recurrir en apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
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