Ha tenido que llegar el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, a corroborar lo que todos los jerazanos saben desde hace muchos años. La cesta de la compra en la zona es ostensiblemente más cara de lo normal. Según el primer informe del Observatorio de Precios, aquel que prometió Zapatero en uno de los debates televisados de la campaña electoral, las tiendas y supermercados de Jerez son de media en la ciudad los decimoterceros más caros del país entre 56 grandes ciudades analizadas, muy por encima de los más baratos, localizados en Salamaca, Zamora y Orense, pero por debajo de, por ejemplo, la vecina Cádiz, que ostenta el segundo lugar en el ránking de las menos asequibles para comprar productos básicos. El lugar más caro de todo el país, Bilbao; y el tercero, Valencia. No hay duda de que la renta media de los bilbaínos y los valencianos está a años luz de la de los jerezanos, aunque a la hora de comprar comida y productos de la casa se pague casi lo mismo.
El Observatorio de Precios, que no servirá más que para eso, para observar, se convierte con este primer informe en una herramienta útil para señalar a los comercios que son más careros. Y son muy caros para la ciudad en la que se encuentran, y para los clientes que tienen. Aunque el estudio indica qué supermercados son los más asequibles para según qué productos, también se genera la importante duda de la diferencia de precios en los supermercados de las mismas cadenas. ¿Por qué la leche es más barata en un supermercado que en otro? ¿Y el pan o el aceite puede variar de uno a otro? Los responsables de los supermercados y tiendas, incluidos los más baratos de la ciudad, le deben una explicación a los clientes. Nadie entiende cómo puede la comida ser más cara en Jerez que en Madrid, Barcelona o Sevilla. No es justo.
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