A pesar de que Emed Mining, a través de la entrevista que reproducimos en estas páginas, reitera la viabilidad de la reapertura de su proyecto, la iniciativa no ofrece garantías para los dueños de los terrenos colindantes -Rumbo 5.0 y los representantes de la otra propiedad-, donde tendrían que instalarse las escombreras o las balsas de estériles necesarias para la aprobación de la actividad minera. Fuentes consultadas por el Grupo Información aseguran que “han roto las negociaciones” con Emed Mining tras comprobar que “no tienen ni un duro”, puesto que siempre han supeditado cualquier tipo de inversión a que primero les den los permisos de actividad para, posteriormente, “pagar precios irrisorios y los que ellos determinen”.
La impresión que tienen los dueños de los terrenos colindantes es que Emed Mining (Tartessus) “no puede con este proyecto”, opinión que extraen del estudio de los balances financieros aportados, de la falta de concreción en las informaciones que les han solicitado y en las mínimas inversiones -más allá de los altos sueldos de los directivos- que han realizado en la propia Mina de Riotinto, entre ellos la propia conexión eléctrica, que atribuyen a la posible existencia de una deuda previa con la compañía suministradora que tampoco se ha abonado.
Además, para estos propietarios es significativo la falta de interés que han puesto en el proyecto de la zona industrial a desarrollar paralelamente a la mina para cuando se agote el mineral, sin dar una alternativa de continuidad a una comarca tan castigada como es la Cuenca Minera.
Es más, recuerdan que los propios vecinos de la comarca ya bromean sobre Emed Mining parafraseando el título de una famosa película de humor de Woody Allen “Toma el cobre -por dinero- y corre” cuando comprueban que ni pagan la Seguridad Social o la electricidad, un desarraigo de la zona que aumenta cuando ninguno de sus directivos habla español. De hecho, según las fuentes, las negociaciones que se han mantenido siempre han contado con un traductor.
Puntualizaciones
Los propietarios de los terrenos colindantes consideran que el proyecto presentado no ha sido admitido por la Consejería de Innovación Ciencia y Empresa al presentar aspectos deficientes.
Sobre sus terrenos, aclaran que “lo único que hemos solicitado es que nos acrediten, antes de realizar cualquier trabajo sobre terrenos de nuestra propiedad, que dichos trabajos e informes han sido requeridos por la autoridad, extremo este que no parecen poder aclarar”, apostillan.
También cuestionan la estrategia de Emed Mining, ya que consideran que lo que la Administración exige es que la presentación de los avales medioambientales y laborales sean antes y como requisito para otorgar dichos permisos, “y no como plantean, que los presentarán cuando tengan los permisos”.
Al mismo tiempo se cuestionan la posición de la empresa minera ante la salida a subasta de los activos por la deuda con la Seguridad Social, que según sus informaciones, el proceso de valoración esta prácticamente finalizado y será “en un plazo bastante rápido”. Además de puntualizar que el Estado no necesita consultar nada con Emed para subastar los bienes, si la minera lo que pretende es llegar a un acuerdo, no entienden por qué no lo ha hecho antes, obligando a la Seguridad Social a incurrir en elevados costes para valorar los bienes. “¿Tal vez esperan, como en el caso de los avales, a tener los permisos para sentarse entonces a negociar?”, se preguntan.
Otro aspecto que ponen en cuestión es el laboral, puesto que según sus informaciones, desde la entrada de Emed en el proyecto, las personas que trabajan, directamente o a través de empresas subcontratistas, se han reducido un 50% (de unos 65 a unos 35), “lo que no parece que sea una política de creación de puestos de trabajo, si no más bien lo contrario”. Ante las últimas informaciones que apuntan que Emed Mining ha planteado la posible expropiación de los terrenos, las fuentes consultadas consideran que es contradictorio con el propio anuncio de apertura en 2011, puesto que implicaría un proceso legal largo y costoso, que se uniría a la ausencia de avales e inversiones que no ha realizado la empresa.
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