El Bono Alquiler Joven se ha quedado corto, tan corto que ha desnudado las enormes necesidades de la juventud andaluza. En sólo 4 días, la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda ha debido cerrar el cupo de solicitudes en Andalucía al haber recibido más de 17.000 peticiones de jóvenes para ser beneficiarios durante 2 años de una ayuda de 250 euros al mes para amortiguar el impacto de los elevados alquileres. Sólo 11.400 podrán ingresar esta cantidad mensual de acuerdo con los 68 millones de euros destinados por el Gobierno central a la comunidad andaluza.
Así las cosas, como ha pedido el Consejo Andaluz de la Juventud, la Junta de Andalucía debería aprobar un “ambicioso plan de vivienda” ante la alta demanda para esta ayuda directa al alquiler. Creo que el órgano de representación juvenil debería ser más explícito y pedir directamente al Gobierno andaluz lo que ya están haciendo otras comunidades autónomas: aportar dinero de recursos propios para que todas las solicitudes sean satisfechas.
Sería la mejor demostración de la apuesta de la Junta por las nuevas generaciones a las que desde hace años se les resiste el empleo y la vivienda, derechos fundamentales a los que, con mayor o menor dificultad, accedieron nuestros padres y nosotros mismos. No quiero caer en la demagogia fácil, pero es que con otros 68 millones de euros a 11.400 jóvenes más se les evitaría 24 meses sufrir el llamado estrés inmobiliario al no tener que pagar ya más de un tercio de su sueldo a pagar la renta. Con 136 millones serían 22.800 andaluces… los mismos millones de euros que, aproximadamente dejará de ingresar cada año el Gobierno andaluz por suprimir el impuesto de Patrimonio a las rentas más elevadas de Andalucía. Es decir, con lo que se hubiera recaudado durante dos años por este impuesto eliminado por la Junta de Andalucía, se podrían abonar ayudas a 45.000 jóvenes andaluces.
Comoquiera que ya esa capacidad fiscal recaudatoria pasó a mejor vida, la Junta debería explorar otras posibles partidas en los presupuestos para 2023 que aprobará en el pleno del Parlamento este próximo miércoles. No hay mejor ayuda para que los jóvenes puedan emanciparse, dejen de retrasar objetivos de vida, como casarse y ser padres, y evitar, incluso, que se vean obligados a emigrar. El Gobierno de Moreno Bonilla debe emular, por tanto, esta ayuda del Gobierno central que es muy positiva, vistas las solicitudes, si quiere mantener el discurso de que quiere ayudar a retener el talento de la juventud andaluza.
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