La Guardia Civil de Cádiz ha llevado a cabo una actuación contra la captura ilegal de aves fringílidas que se ha saldado con la investigación de siete personas, así como la incautación de un total de 42 aves de diferentes especies, reclamos eléctricos reproductores del canto de las aves con sus correspondientes baterías, redes invisibles, trampas de las denominadas costillas o perchas y varias especies vivas utilizadas como reclamos.
Según ha explicado la Guardia Civil, la actuación se inició con la llegada del otoño en el Bajo Guadalquivir, Guadalcacín, Rota y El Puerto de Santa María, participando agentes del Seprona apoyados por la Policía Local de Sánlucar de Barrameda. En una actuación también se ha contado con la colaboración ciudadana.
Los agentes realizaron diversas batidas por las zonas especialmente sensibles para el paso de dichas aves encaminadas a la erradicación de las capturas indiscriminadas e ilegales de aves fríngilidas, que pone en serio peligro la supervivencia de las especies, resultando además especialmente peligrosa, ya que sigue existiendo un gran comercio de estas aves, tanto vivas para su exportación y utilización como pájaros de jaula en el caso de las aves fringílidas, como muertas para su consumo como "pajaritos fritos".
En este sentido, la Guardia Civil ha recordado que la captura de estas aves destinadas al consumo humano se realiza sin control sanitario alguno, lo que conlleva un riesgo alto de contraer algún tipo de enfermedad puesto que estas especies se alimentan de todo tipo de insectos que pueden estar afectados por plaguicidas e insecticidas.
Finalmente, ha señalado que la caza de estas aves está incluso tipificada en el Código Penal con multas o penas que pueden alcanzar hasta dos años de cárcel. La Ley 42/2007 de Patrimonio y Diversidad, las aves fringílidas y la mayor parte de aves insectívoras no están consideradas por la normativa como especies cinegéticas, por lo queda terminantemente prohibido su caza y su comercio.
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