Cádiz

Matronas en Cádiz, mujeres que ayudaban a dar a luz en el Siglo de las Luces

El número de comadronas se duplicó, pasando de seis a doce, al mismo tiempo que la población, con 73.000 habitantes en 1797

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  • A finales del siglo XVIII, en 1797 la capital gaditana contaba con 12 matronas. -

En el artículo de esta semana de Ventana a la Historia hablaremos sobre las   Matronas en Cádiz en el siglo XVIII, mujeres que en el Siglo de las Luces ayudaban a  otras mujeres a dar a luz. Nos centraremos en la documentación que sobre matronas (o comadronas) en el Cádiz de la Ilustración hallamos en el Archivo Municipal de Cádiz, en el Archivo Histórico Nacional de Madrid y en el Archivo de la Universidad de Cádiz (Fondo del Real Colegio de Cirugía de la Armada).

Para una aproximación a nivel nacional sobre la Historia de las Matronas, recientemente Dolores Ruiz-Berdún ha publicado una excelente obra titulada Historia de las Matronas en España.  En su magnífico libro (recomendamos su lectura) recoge la Pragmática de 1477, promulgada por los Reyes Católicos, sobre la profesión de partera y su control por el Tribunal del  Protomedicato.

Sin embargo, como afirmaba Teresa Rodríguez Ortiz en su artículo Protomedicato y matronas. Una relación al servicio de la cirugía  (publicado en DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Rlus. 1996), “(…) las pocas fuentes de uno y otro tipo que han sido estudiadas ponen de manifiesto, en cualquier caso, que Protomedicato y matronas tuvieron una relación corta y, a todas luces, mal avenida”.

Si bien desde 1477 hasta 1523, desde el reinado de los Reyes Católicos hasta el de Carlos I (V del Sacro Imperio Romano Germánico) fueron examinadas por el Protomedicato a  continuación, afirma esta autora que “al fin y al cabo durante más de dos siglos, entre 1523 y 1750, nada tuvieron que ver entre sí y cuando, en esta última fecha, se estableció el control de las matronas por parte del tribunal, ello trajo consigo la reafirmación profesional y científica de la cirugía más que la mejora de la partería y de las mujeres que la practicaban”.

Lo cierto es que encontramos documentación en los Archivos Municipales de Andalucía, (especialmente antes del surgimiento de los Reales Colegios de Cirugía) en  que las comadronas eran examinadas por médicos y cirujanos a instancias de las autoridades de las localidades donde deseaban ejercer.

Cádiz en el siglo XVIII

Como es sabido el siglo XVIII representa para Cádiz una época de prosperidad. Recordemos que en 1717 se produce el traslado de la Casa de Contratación de Sevilla a Cádiz, y en 1722, comienzan las obras de su nueva Catedral, símbolo del florecer de este Cádiz punto de encuentro de naciones y riqueza (nos encontramos en el Tricentenario de esta efeméride).  En este contexto afirma el Dr.  Manuel Bustos en el libro Historia de Cádiz (publicada por la editorial Silex en el 2005) que el recuento del año  1713, (año del Tratado de Utrecht) incluía a 6 matronas.

Francisco Ponce Cordones, en su trabajo Dos siglos claves en la demografía gaditana (breve estudio sobre la evolución de la población de Cádiz en las centurias XVII y XVIII), publicado en la revista Gades en 1983, recogía que en ese año de 1713 la población de la capital gaditana ascendía a 36.500 habitantes.

Las matronas ejercieron en este Cádiz en rápida ascensión demográfica que ellas comprobaban de primera mano. Afirma el Dr. Julio Pérez en su artículo Dinámica de la población gaditana en el siglo XVIII: una reconstrucción crítica a partir de las fuentes (publicado en la revista Trocadero en 1990) que entre 1714 y 1723 se produce un salto poblacional de 39.500 a 43.000 habitantes en la capital gaditana.

Lógicamente, ante estos nuevos nacimientos hacía falta un mayor número de matronas en la capital gaditana, aunque debemos recordar como apuntan Antonio Claret y Manuel Jesús García Martínez, que el mismo año de 1713 el cirujano francés Clement asistía al parto de la Reina Luisa Gabriela de Saboya, primera esposa de Felipe V. Como afirman en la revista Híades, “ello contribuirá a generalizarse la costumbre de que los partos fuesen asistidos por personal masculino”, pudiendo ser asistidas las mujeres en sus partos tanto por comadronas o por cirujanos-comadrones.

Documentación sobre Comadronas en el Archivo Histórico Municipal de Cádiz

Centrándonos en las matronas/comadronas gaditanas, ¿qué fuentes tenemos para conocer a las matronas de Cádiz en el siglo XVIII? En el Archivo Histórico Municipal de Cádiz encontramos licencias para ejercer de comadronas en la capital gaditana durante el siglo XVIII. Tomamos como ejemplo a la comadrona Luisa  de Cala que fue examinada en el reinado de Felipe V, en 1727, permitiendo las autoridades municipales que ejerciera su oficio en la capital gaditana después de ser evaluada.

Transcribimos parte del Acta Municipal que trata sobre esta matrona donde podemos ver sus competencias ( y los límites de su ejercicio profesional):

(…) De orden de esta M.N.M.L (Muy Noble y Muy Leal) Ciudad de Cádiz en su Cavildo celebrado el día trece de este presente mes en la presentación de un memoria de Dª Luisa de Cala en que se pretende se le despache titulo en forma para exercitarse en Matrona. Decretó que el Dr. Don Joseph Blasco Medico y Don Juan de Santa Cruz Maestro Ciruxano la examinasen y despues dieran su parece, para que en su vista proceder lo que fuese mas conveniente…

(…)Y en su cumplimiento siendo examinadola el dia diez y seis de este presente mes y hechole las Preguntas y repreguntas, que ael dicho Ministerio tiene obligacion de sauer; la hallamos capaz para exercer dicho exercicio, y asimismo se le preuino que de vaxode juramento no daría remedio que directa ni indirectamente pudiesse causar aborto, y asi mismo que ni mandaria sangrar ni purgar por que para esto daraquenta a Medicos para que executen lo mas conueniente, solo si aquellas unturas anodinas y laxantes, que puedan conducir a aliuiar los dolores y facilitar los partos naturales; y la suplicante dixoasi cumplirlos; todo lo qual es la verdad. Y para que conste donde combenga damos esta certificacion, en la dicha Ciudad de Cadiz a diez y siete días deel mes de Septiembre de mil setecientos y veinte y siete”.

Firmado: Dr. Joseph Blasco Juan de Santacruz

Está firmado por José Blasco (médico) y Juan de Santacruz (Cirujano). Recordemos que Medicina y Cirugía permanecen separadas hasta la Edad Contemporánea, no uniéndose hasta 1791, reinando ya Carlos IV, en que se publiquen unas nuevas  ordenanzas del  Real Colegio de Cirugía de la Armada de Cádiz (fundado bajo el reinado de Fernando VI en 1748) en que se consagre su unión como apuntaba Diego Ferrer en su artículo “De la unión del estudio de la Medicina y la Cirugía publicado en la revista Medicina e Historia en el año 1966 (fasc. XXIV Julio 1966).

Finalmente el Cabildo Municipal permitió a María Luisa de Cala ejercer su oficio de Matrona (o Comadre de parir como dice el documento) “lleuando los gajes y emolumentos que por esta razon le correspondan”

Ese mismo año de 1727, la ciudad encargó nuevamente al Dr. Joseph Blasco  y a   Juan de Santacruz que examinaran a otra matrona, María Josefa de Aguilar . Encontramos en el Archivo Municipal la certificación del Cabildo Municipal para que pudiera ejercer después de ser examinada por los anteriormente mencionados Dr. José Blasco (médico) y Juan de Santacruz (Cirujano): “(…) examinamos a Dª María Josepha de Aguilar hauiendole hecho diferentes preguntas, y repreguntas en todos, y qualesquiera cosas que se le pueden ofrecer, y respondió cabalmente, y segun arte por lo qual merece la lisenzia que pide= Y asi mismo le preuenimos debajo de juramento que juró guardar y cumplir, no dar remedio que directa o indirectamente, ni operacion de manos que pueda ocasionar aborto, ni mandar a las dolientes sangrar ni purgar sin asistencia del Medico, solo si las unturas, laxativas y baños de la misma especie que son los remedios dosiles que fazilitan los partos. Yasimismo que asistirá a las Pobres de solemnidad de grazia, todo lo qual Jura cumplirá exactamente, y para que conste donde combenga, damos la presente zertificazion que firmamos en Cadiz a veinte y  cinco días del mes de septiembre de mil setecientes y veinte y siete”. Firmado: Dr. Joseph Blasco   Juan de Santacruz

Sin embargo a mediados del siglo XVIII, la legislación que permitía el ejercicio de las comadronas será modificada. En el reinado de Fernando VI (1746-1759), apenas dos años después de la fundación del Real Colegio de Cirugía de la Armada de Cádiz, en 1750, se ordenó que en Españay sus posesiones que  las parteras fueran examinadas y vigiladas por el Real Protomedicato,  redactándose cartillas exclusivamente  para ellas, indicándoseles que si el parto se complicaba debían llamar al cirujano. Destacar la Cartilla nueva útil y necesaria para instruirse las matronas que vulgarmente llaman comadres en el oficio de partear, mandada hacer por el Real protomedicato realizada por el Dr. Antonio Medina y publicada en  Madrid el mismo año que se promulgaba la nueva legislación, en  1750.

Ya anteriormente durante la Edad Moderna habían aparecido obras de gran interés para la formación de las matronas. No debemos olvidar que desde 1541 estaba el Libro del Arte de las Comadres o madrinas del regimiento de las preñadas y paridas y de los niños.

No sólo encontramos fuentes documentales en el Archivo Histórico Municipal gaditano. También hallamos documentos sobre matronas gaditanas en el Archivo Histórico Nacional y en el Archivo de la Universidad de Cádiz. En el primero de los mencionados, el  Archivo Histórico Nacional de Madrid(AHN//UNIVERSIDADES,1193,Exp.157)  encontramos el expediente de María del Carmen Cortés Orillana, gaditana, alumna del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos. En la documentación de este expediente encontramos unalicencia para examinarse de matrona, su certificado de Matrimonio, su partida de Bautismo y  también  suinformación de Limpieza de sangre.         

En  el segundo de los citados, el Archivo de la Universidad de Cádiz (donde se conservan los fondos documentales del Real Colegio de Cirugía de la Armada de Cádiz) encontramos también información sobre María Silvestra Ríos Mateos,  su  justificación de haber ejercido el oficio y de nuevo una Limpieza de Sangre. (AUCA/RC3.2.2./148//C-9-24 RC)

¿Qué era la Limpieza de Sangre que se les exigía a las matronas?

Durante el Antiguo Régimen, consistía en acreditar que entre  los antepasados  no existía rastro de persona que no fuera cristiana. La “limpieza de sangre” acreditaba que la persona que la presentaba no contaba entre sus ascendientes a musulmanes o judíos.  Hoy en día es difícil entender que esto existiera.

Surgió en estos momentos el concepto de “cristiano viejo” frente al “cristiano nuevo” (o converso) al que se le vetaban ciertas instituciones y profesiones. Historiadores como Henry Kamen,  hispanista británico, relacionan la limpieza de sangre con el honor, una forma de reservar a los cristianos viejos puestos y profesiones de las que serían excluidos los cristianos nuevos, musulmanes y judíos.

Desde el siglo XV comenzó a extenderse en Castilla, Aragón y Portugal el requisito de acreditar la limpieza de sangre en numerosas instituciones para su ingreso (como universidades…) siendo también requeridas -como en el caso de las matronas- para ejercer profesiones

Encontramos en el Archivo Histórico Nacional varios expedientes de matronas que contienen su limpieza de sangre. Los estatutos de Limpieza de Sangre fueron derogados en el reinado de Isabel II (1833-1868), durante la regencia de su madre María Cristina de Borbón por una Real orden del 31 de enero de 1835.

¿Cuánto ganaban las matronas? ¿Cuál era su sueldo?

José Garmendia, en su libro Tomás Ruiz de Apodaca un comerciante alavés con Indias (1709-1767), relata queTomás Ruiz de Apodaca pagó 150 reales en 1754 a la comadre de parir por la asistencia en el parto de su hijo Juan José Ruiz de Apodaca, (futuro Virrey de Nueva España y Conde de Venadito).

Por su parte, Campos Díez recoge en su obra El Real Tribunal del protomedicato castellano (siglos XIV-XIX) que a comienzos del reinado de Carlos IV (1788-1808), en 1789, los salarios dispuestos por el Protomedicato a las profesiones sanitarias en reales de vellón al año eran  “médicos de Madrid 3600, fuera de la Corte 1800, si volvían se les pagaba nuevamente 1800; para el cirujano romancista 2800, fuera 1400, si volvía a la corte 1460 más; la partera en Madrid 600, fuera 300, si volvía 600”.

¿Cuántas matronas había en Cádiz a finales del siglo XVIII?

Ya en el reinado de Carlos III (1759-1788) encontramos con fecha de 1776 otra matrona más entre los fondos que hemos investigado del Archivo Histórico Municipal de Cádiz, Isabel Membiela, y cuatro años más tarde María Cantón Caballero en  1780.

Lo cierto es que a finales del siglo XVIII, en 1797 la capital gaditana contaba con 12 matronas, duplicando las 6 matronas que existían en 1713 como mencionamos al comienzo de este artículo (Ciertamente la población de la capital gaditana también se había duplicado desde 1713 en que había 6 matronas ascendiendo a tener  71.000 habitantes según el censo de Godoy de 1797 siendo 12 las matronas como ya se ha dicho).

Conclusiones.

Esperamos haber dado a conocer un poco más  las fuentes documentales que nos hablan de las matronas gaditanas en el siglo XVIII, fuentes que son imprescindibles para el conocimiento de su importantísima labor ayudando a traer nuevas vidas al mundo.

 Debemos concluir, como decía D. José María Pemán (1897-1981), que un hijo es una pregunta que se hace al destino. Pensemos cuántas preguntas al destino ayudaron a ver la luz gracias a estas grandes comadronas gaditanas que hoy han sido objeto de análisis en este artículo de Ventana a la Historia.

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