El Unicaja Baloncesto está de vuelta a lo que siempre fue, pero dejó de ser. Hizo falta una temporada desastrosa como la anterior, en la que se filtreó por momentos con los puestos de descenso. Fue necesario hacer una limpieza de plantilla y dar en el clavo con fichajes muy concretos. Se confió en Ibon Navarro. Se ilusionó a la afición desde la campaña de abonados. Y ahora, siete jornadas de Liga ACB después, el equipo marcha sexto con un balance de cuatro victorias y tres derrotas y unos números que ilusionan.
Se llega al ciclo de las ventanas FIBA con los deberes hechos y buena nota. “Nos viene bien el parón para recuperar el tono físico de algunos jugadores, algunos llevan desde el 8 de agosto trabajando”, decía el entrenador tras la gran victoria ante el Covirán Granada. Lo cierto es que, aprovechando este descanso de la competición, da tiempo a radiografiar cómo está el equipo y qué hay detrás del Unicaja más fiable de los últimos años.
Empezando por lo negativo, se ha visto al equipo sufrir en territorio comanche contra Baskonia en la jornada uno -su peor partido con diferencia- y ante el Joventut Badalona, dos pistas complicadas donde no llegó el nivel para la victoria. En casa, solo el Real Madrid ha logrado ganar y fue porque el Unicaja estuvo paupérrimo en el triple, con un 16 por ciento (4 de 26 intentos).
Si hay algo que esconden las estadísticas son dos pilares clave: uno es la solidaridad defensiva y otro es el concepto más puro de lo que significa “equipo”. Piezas que encajan, competencia y calidad en cada puesto. Se ha formado un grupo de 12 jugadores que mantienen la mecha de la intensidad siempre encendida. Es el equipo de la Liga ACB que más recuperaciones suma (13,1 por partido) y uno de los tres equipos que menos puntos encaja, una media de 71 por encuentro, donde tan solo en aquel correctivo en el Buesa Arena se estuvo suspenso.
Allí fueron 103 puntos encajados y en los demás partidos no se han recibido más de los 76 del Real Madrid en el Carpena. La defensa es, por tanto, la base sobre la que Ibon Navarro está construyendo este equipo. Alberto Díaz, Augusto Lima, Djedovic o Kravish están siendo fundamentales en esa agresividad que está siendo seña de identidad en el nuevo proyecto. Lo positivo es que, como valor añadido, esa consistencia atrás ha encontrado la regularidad.
Ataque variado
En la faceta ofensiva, el equipo no es sobresaliente en el global, porque ni siquiera está teniendo buenos porcentajes en el tiro exterior, característica coherente con el tipo de jugadores que se han fichado. Pero en los últimos dos derbis ha mejorado el acierto y se ha puesto con una diferencia más menos (puntos anotados/puntos encajados) de 65 puntos. Solo Barcelona y Real Madrid lo superan en el average.
Llamativo es el promedio de un 31,1 por ciento desde el triple: tan solo Bilbao Basket, Fuenlabrada y Zaragoza tienen peor dato. Aun así, el Unicaja tiene unos decentes 81 puntos por partido (octavo de la ACB), y eso se explica sobre todo por ser el mejor club en porcentaje de acierto en tiros de dos, con un 57 por ciento.
Eso lo explica el cambio de tendencia en la manera de atacar: más variantes por dentro, mayor equilibrio entre la pintura y la línea de tres, mucho pase extra y, en general, mejor toma de decisiones. Hay otra estadística que habla bien de cómo juega este equipo y es en las asistencias por partido: el Unicaja es el tercero de la liga en este aspecto (18,8 de media).
Una rotación larga donde cualquiera puede rendir y se asegura la competitividad. El Unicaja también es invicto en BCL por todos estos motivos que están siendo gasolina para el motor de la ilusión.
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