Además, añadió, “en Navidad, durante más de un mes, me colocaron en la misma puerta de mi negocio una churrería, que no se de dónde viene, pegando las mesas mías con las suyas, entorpeciendo el paso desde la calle José Antonio a la Plaza Alta y viendo mermados mis ingresos en más de un 30 por ciento”, como consecuencia “de esa barbaridad”.
Por ello, según Pérez Barroso, en los meses de diciembre y enero tuvo que pedir dinero para poder pagar las nóminas a los trabajadores”. Entonces, “expresé mis quejas y la Delegación de Feria y Fiestas argumentó que no volvería a pasar”.
Ahora, en febrero, “me comunican a mí y al bar Mercedes que, al igual que el pasado año, tenemos que quitar el toldo, que nos cuesta más de 600 euros quitarlo y ponerlo”, además de “dejar de ingresar el dinero resultante del trabajo que realizamos debajo de él” para poner “en el sitio que estamos pagando durante todo el año, puestos de artículos carnavalescos”.
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