A pesar de que las altas temperaturas continúan siendo una constante en nuestra localidad, el calendario de finales de septiembre y primeros de octubre marca que nos encontramos en pleno “veranillo del membrillo”, lo que supone comenzar a sumergirnos en el proceso relacionado con la elaboración casera de la tradicional carne de membrillo siguiendo la receta de toda la vida, la que nuestros antepasados nos han ido transmitiendo de generación en generación con el paso de las décadas.
A ciencia cierta se podría decir que no existe una receta uniforme a la hora de llevar a la práctica la preparación del dulce, ya que cada cual lo elabora a su gusto, con más o menos azúcar, dándole un mayor o menor tiempo de cocción o, en todo caso, variando la textura y dureza, permitiendo un corte más fino o más grueso, lo que se traduce en la presentación de platos que, en la mayoría de los casos, son auténticos placeres para los paladares más exquisitos.
Por si todo ello fuera poco, en los últimos años las aplicaciones de la nueva cocina van ganando terreno fundiéndose con la carne de membrillo tradicional, y es que, además del típico queso fresco, hay quienes a la presentación y elaboración del dulce acompañan nueces, cerezas o almendras, un toque muy innovador que cada año gana más adeptos y que siempre encuentra su reconocimiento en certámenes como la Cata de Membrillo que anualmente celebra la Asociación de Mujeres “María Górriz” de nuestra localidad.
Pero cuando se habla del membrillo, además de en su vertiente gastronómica, también hay que hacerlo desde el punto de vista económico, ya que la recogida de este fruto y su posterior proceso de transformación industrial siempre se ha considerado como una de las principales fuentes de riqueza y creación de empleo en el municipio. De hecho, las cifras señalan que el sector genera en torno a unos 500 empleos en una campaña que se prolongará, muy probablemente, hasta bien entrado el mes de noviembre.
Sobre este particular, y dada la calidad del fruto que se recolecta tanto en Puente Genil como en otras localidades de la Subbética cordobesa como Priego de Córdoba o Carcabuey, el sector ha hecho una gran apuesta en los últimos años por salir al exterior. Habitualmente, los países a los que las empresas locales venden se encuentran mayoritariamente en Europa, caso de Alemania, Portugal y Grecia, aunque también se hacen operaciones con Estados Unidos y China, unas exportaciones que representan un porcentaje importante del negocio, sin descuidar, obviamente, las ventas en territorio nacional. Uno de los retos de este sector es conseguir introducir el producto en los países árabes. Se trata de una operación en la que se venía trabajando con lentitud desde antes de la pandemia, ya que el de membrillo es un dulce que consume con frecuencia esta población, sobre todo durante el periodo del Ramadán. Aunque todavía no lo parezca, el otoño ya ha llegado a La Puente, y con él, un año más, el cálido aroma a carne de membrillo comenzará lenta y progresivamente a instalarse con fuerza en las cocinas de los hogares pontanenses, convirtiéndose, en el dulce estrella que otorga al pueblo sus señas de identidad.
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