El hombre con esquizofrenia paranoide que confesó haber matado a su padre en 2019, I.M.S., ha declarado en el juicio que cometió el crimen forzado por su amiga y acusada, A.A.V., quien le hizo creer que su progenitor era un mafioso, y que tanto él como su familia corrían peligro.
I.M.S. ha declarado en la segunda sesión del juicio celebrada este miércoles en la Audiencia de Barcelona con jurado popular, donde inicialmente estaba previsto que también lo hiciera la acusada, aunque finalmente se prevé que lo haga mañana.
El ministerio público pide para A.A.V. 34 años y tres meses de cárcel, mientras que solicita la absolución para I.M.S. con ingreso psiquiátrico durante un máximo de 29 años.
El parricida confeso ha asegurado que creía que su amiga formaba parte de un grupo parapolicial y que cuando tuvo lugar el crimen él sufría un brote psicótico.
El acusado ha defendido que A.A.V. "plantó la semilla" que desembocó en el parricidio, al hacerle creer que su progenitor era el contable de una mafia, que robó dinero a un grupo criminal para dárselo a otro, que había generado una deuda que había que pagar y, antes de proponerle el crimen, le dijo que había que darle "un susto" a su padre.
El 8 de junio de 2019, día en que mató a su padre, el acusado vio la oportunidad y llamó a A.A.V. para preguntarle si verdaderamente tenía que hacerlo y ella le insistió en que debía llevarlo a cabo: "¿No tienes un cuchillo por ahí? Pues se lo clavas en el cuello".
Ha explicado que A.A.V. le manifestó que había "cierta urgencia" en matar a su padre, que se le acababa el tiempo y que, una vez llevado a cabo el crimen, debía conseguir las claves bancarias de su padre y hacer una transferencia de 20.000 euros a favor de la acusada, que finalmente no pudo efectuar.
Cuando la presunta inductora del crimen supo que I.M.S. no había podido hacerse con el dinero, le dijo que se olvidara de eso, formateara el móvil y se deshiciera del teléfono arrojándolo al mar, además, el acusado prendió fuego a la casa para borrar sus huellas.
I.M.S. ha explicado que conoció a A.A.V en la primavera de 2018 a través de un amigo común que entonces mantenía una relación sentimental con ella y, poco a poco, la relación entre los dos encausados se fue estrechando, hasta que, aprovechando que él estaba muy interesado en temas de ciberseguridad, ella explicó que formaba parte de un grupo policial.
A.A.V. comenzó a ordenarle que hiciera guardias de vigilancia en la calle a modo de entrenamiento, que llegaron a durar hasta 16 horas y, de forma paralela, le controlaba a través de un perfil falso que la acusada creó bajo el nombre de Julia, a quien nunca conoció personalmente y con la que el acusado llegó a creer que mantenía una relación a distancia.
El personaje de Julia propuso a I.M.S. mantener una relación sentimental e incluso tener hijos por inseminación artificial, por lo que le pidió que le hiciera llegar un bote con semen y le hizo creer que, fruto de esa acción, habían tenido hijos.
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