El presidente de la Sectorial de la Viña de Asaja Córdoba, Juan Manuel Centella, ha advertido este jueves de que la presente vendimia en el marco vitivinícola de Montilla-Moriles, que está concluyendo, "se cierra posiblemente como la más corta de la historia, porque, con los datos que tenemos, prevemos que podremos llegar al entorno de los 24 o 25 millones de kilos de uva en la zona, cuando la anterior más corta estuvo en torno a los 30 millones, y la del año pasado estuvo algo por encima de los 32 millones, y ya fue muy corta".
A este respecto y en declaraciones a Europa Press, Centella, quien ha subrayado que la calidad de la uva, en cualquier caso, es "fantástica", ha explicado que estas cifras, "fundamentalmente, se deben a la poca lluvia que ha caído en el último año", lo que se suma a la sequía que se viene sufriendo desde hace al menos cuatro años, "con lo cual el viñedo se va resintiendo año tras año, y para terminar de rematar la situación", se han padecido en la provincia "tres olas de calor".
Además, según ha precisado, una de ellas ha contado con "una intensidad inusitada, como ha sido la última del mes de julio y parte del mes de agosto, con muchos días con temperaturas muy elevadas, tanto de día, como de noche, y lo que han hecho es mermar totalmente la uva".
En cuanto a cómo han afectado la falta de lluvias y las olas de calor a las distintas variedades de uva que se producen en el marco Montilla-Moriles, es decir, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Moscatel, Verdejo y la variedad autóctona y más abundante, Pedro Ximénez, el responsable del sector en la patronal agraria Asaja Córdoba ha aclarado que "todas han resultado perjudicadas prácticamente a la par", pues "no ha habido casi diferencias" en este sentido.
"Estamos hablando --ha proseguido-- de en torno a un 25 por ciento menos que el año pasado, de forma generalizada, tanto en blanco, como en tinto, y en todas las variedades, aunque, lógicamente, la que más kilos aporta a la Denominación de Origen es la Pedro Jiménez, que supone prácticamente el 95 por ciento de la uva que tenemos, y también está terminando con en torno a un 25 por ciento menos de cosecha".
En relación con los precios a los que los viticultores de la provincia están vendiendo sus cosechas esta campaña, Centella ha resaltado que, "con respecto al año pasado, las bodegas los han subido en torno a un 30 o 35 por ciento", lo cual supone "una medida que viene a paliar un poco la falta de uva, pero que no hace atractivo el cultivo, porque tenemos precios muy bajos, pero en fin, más vale esto que lo que teníamos antes", y ya "veremos como termina de romper esto".
ARRANQUE DE VIÑAS
Por otro lado y sobre el de arranque de viñas de los últimos años, Centella ha indicado que, "si hasta ahora la excusa para arrancar viñas era el precio" de la uva para los viticultores, "que indiscutiblemente lo era, este año la necesidad arrancar viñas es porque algunas de ellas se han quedado tan agotadas que el viticultor no les ve posibilidad de recuperación".
Ello se debe, según ha aclarado, a que determinadas viñas "ya estaban un poco sentenciadas al arranque, porque aquí existe la costumbre de poner olivos en medio de las viñas, para que, cuando se críen los olivos, se arranquen las viñas", y en las tierras en las que "en los últimos años se había hecho eso se han encontrado este año con dos cultivos compitiendo por muy poca agua", lo que está provocando que "los viticultores que ya tenían más o menos decidido arrancar las viñas en los próximos años, pues lo adelanten a este año, con lo cual puede ser un año de un arranque importante".
Al inicio de esta vendimia, según ha precisado Centella, había en el marco Montilla-Moriles "unas 4.400 hectáreas de variedades blancas" y "unas 180 de variedades tintas", pero ahora, "una vez que se ha recogido la uva y se está viendo un ritmo de arranque importante, mucho nos tememos que posiblemente este año nos quedemos rondando las 4.000 hectáreas, sino por debajo".
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