Aunque sólo tenía una hermana, la madre de María José Santiago iba siempre rodeada de niños porque se hizo cargo de los de una hermana enferma. De esa vida familiar guarda la artista los recuerdos más tiernos, entre los que por supuesto están los guisos de cuchara, su perdición.
La Santiago asegura que se le dan bien, y que le relaja moverse entre pucheros. Ahora sí, los días de actuación que no cuenten con ella para cocinar, ni para comer siquiera.
Con la artista jerezana nos hemos sentado a mesa y mantel en el restaurante Tuga, que magistralmente atienden Juanmi Contreras en la cocina y Adrián Diosdado en sala.
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