Este certificado de carácter oficial tiene como objetivo reconocer y distinguir, ante el mercado y los consumidores y usuarios, el esfuerzo de inversión privada en buenas prácticas ambientales que favorecen la reducción de vertidos y emisiones contaminantes, la reutilización de subproductos, el uso de tecnologías limpias y el ahorro de recursos, especialmente agua y energía.
Además de reforzar la buena imagen de las firmas participantes, el sello de calidad proporcionará a los consumidores y usuarios una referencia objetiva y fiable sobre los impactos ambientales de las actividades económicas.
Para la obtención del distintivo, las empresas deben acreditar que, además de cumplir con las exigencias de la normativa vigente (básicamente las derivadas de la Autorización Ambiental Integrada), llevan a cabo iniciativas adicionales encaminadas a mejorar el rendimiento y la calidad ambiental de sus procesos, productos y servicios. La concesión se otorgará por un periodo de cinco años renovables.
El certificado aprobado hoy es uno de los instrumentos previstos en la Ley 7/2007 de Gestión Integrada de la Calidad Ambiental para favorecer, mediante acuerdos y controles voluntarios por las empresas, el ejercicio de la responsabilidad compartida entre las administraciones públicas y la sociedad en la protección del medio ambiente.
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