La recién publicada Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular para trasponer la directiva de la Unión Europeoa (UE) obliga a Ecoembes, empresa que gestiona el sistema de recogida selectiva de envases domésticos a través del contenedor amarillo y el contenedor azul y transfiere a las empresas adheridas los materiales a reciclar, a asumir nuevos costes.
Entre ellos, los de la recuperación y tratamiento de la fracción resto de los contenedores normales y gris-marrón de materia orgánica, cuando lleven porcentajes altos de envases; y los de la recogida de la limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas y playas. Además, la normativa ordena a implantar a este consorcio, a partir de 204, un nuevo sistema de devolución, depósito y retorno (DDRE) alternativo al contenedor amarillo si no se alcanza un objetivo mínimo de recuperación en 2023: el 70% en peso respecto al introducido al mercado el próximo año y el 85% en 2027.
Ecombes, sin embargo, hace oídos sordos y, como recientemente ha hecho en un nuevo convenio con el Ayuntamiento de Sanlúcar, incumple las directrices legislativas. El portavoz de Ecologistas en Acción, Daniel López Marijuán, advierte de que “solo ha querido hacerse cargo de los residuos de envases que entran al contenedor amarillo, pese a que más de la mitad de estos acaban en el contenedor normal o como basura dispersa”.
A lo más que está dispuesta a aceptar son aquellos residuos de envases que procedan de la fracción resto “siempre que hayan sido previamente separados en una planta de tratamiento”, al tiempo que penaliza a los ayuntamientos cuyos contenedores amarillos recojan residuos que no sean envases.
Ecologistas en Acción ha lamentado lo que consideran “un fraude de ley”, dado que la suscripción de convenios en estos términos es incompatible con la actual ley de residuos, que solo beneficia a Ecoembes, que define como “monopolio formado por las principales marcas contaminantes de plástico que, a través de esta entidad pantalla, solo pretende limpiar su imagen”, y recuerda que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) está estudiando situaciones de dominio de mercado en ámbitos como el agua, la energía o los residuos.
Asimismo, la organización remarca que Ecoembes recicla menos del 40% de los envases. “El resto -explica- va al contenedor normal que pagan los ayuntamientos y, por lo tanto, la ciudadanía, y que termina en su mayor parte en los vertederos de los centros de compostaje, o va a parar a la naturaleza, contaminándola”. Ecoembes, subraya Ecologistas en Acción, “ingresa por los envases producidos y paga o se hace cargo solo de los envases que entran en el contenedor amarillo, que son menos de la mitad”, lo que supone, en definitiva, “un gran negocio a costa de la ciudadanía y de la naturaleza”.
“Se presenta como una organización sin ánimo de lucro pero es una organización sinónimo de lucro”, bromea López Marijuán. Ante esto, se muestra partidario de que se instauran los sistemas de depósito, devolución y retorno de envases, que ya se ha implantado en al menos una decena de países del entorno euro, como Portugal o Alemania. De acuerdo a este sistema, cada persona devuelve sus envases y le pagan una pequeña cantidad, como antiguamente se hacía con las botellas de vidrio retornable en España.
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