Un estudio de la Universidad de Granada (UGR) ha cifrado en un 76% el porcentaje de andaluces que se muestra dispuesta a donar sus órganos cuando fallezca.
La investigación liderada por la UGR ha determinado que tres de cada cuatro andaluces querría donar sus órganos al morir y presenta una actitud favorable tanto ante esta práctica como al sistema de trasplantes.
El estudio se enmarca en la séptima ola del Panel Ciudadano para la Investigación Social en Andalucía (PACIS) y lo han desarrollado investigadores de la UGR y del IESA-CSIC para conocer las percepciones de los andaluces ante las políticas de donación y trasplante de órganos.
En la encuesta han participado más de 800 personas, y por el método de selección empleado, los resultados obtenidos son representativos de las actitudes de la población en Andalucía
El trasplante de órganos es una terapia médica que permite mejorar la calidad de vida de miles de personas y salvar la vida de otras muchas.
En el mundo se realizan cada año más de 125.000 trasplantes, pero a pesar de esa cifra el número de personas en lista de espera supera al de órganos disponibles en España, el país del mundo con el mayor número de donantes desde hace 27 años.
Andalucía ha alcanzado la cifra de 52,5 donantes por millón de personas, dato por encima de la media nacional gracias en parte a la confianza en el sistema de trasplantes que han apuntado en este estudio el 62 % de los participantes.
“Nuestro estudio también revela un cierto grado de incomprensión de la sociedad respecto al modelo de consentimiento presunto vigente en España y a la legalidad de la obtención de órganos de candidatos a la donación que cumplen los criterios clínicos de muerte encefálica o circulatoria”, ha añadido el investigador del departamento de Filosofía I de la Universidad de Granada y uno de los autores del trabajo Gonzalo Díaz-Cobacho.
Por el contrario, la mayoría es consciente de que en España las familias de los fallecidos desempeñan el papel decisivo de autorizar la obtención de órganos, y la mayoría de los encuestados no se oponen a que se otorgue a las familias tal responsabilidad.
“Nuestro estudio, así como otras investigaciones sobre la percepción social de las políticas de donación de órganos potencialmente controvertidas, pueden permitir a los responsables políticos evaluar mejor las oportunidades de fomentar el apoyo público a la donación de órganos y anticiparse a las posibles amenazas a la confianza que los ciudadanos depositan en las políticas de donación y trasplante”, ha resumido Díaz-Cobacho.
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