Joya Dieng llegó hace 30 años a Sevilla desde su Senegal natal para buscar un futuro mejor y desde hace 25 se ocupa de un puesto ambulante en el que vende bolsos y carteras en una de las calles principales de Triana. Desde hoy es Trianera Adoptiva.
Esta noche recogerá este reconocimiento, junto a los demás Trianeros del Año y Adoptivos en el comienzo de la Velá de Santa Ana, las tradicionales fiestas del barrio sevillano.
Joya Dieng regenta su propio puesto ambulante desde hace 25 años en la calle San Jacinto, un lugar muy transitado por vecinos que aprovechan sus paseos para entablar conversación con ella y ahora también para felicitarla por el galardón.
Esta senegalesa solo tiene palabras de agradecimiento para los vecinos, sobre todo para el director de Radio Triana, Manuel Ortiz, quien la propuso como Trianera Adoptiva tras tantos años de verla en su puesto a las puertas del instituto Triana, sede de la emisora.
Llegó desde Senegal con su visado hace 30 años, cuando tenía 16, junto con su marido. Al principio trabajaba en los mercadillos, pero cinco años después instaló su puesto en Triana, decisión de la que no se arrepiente porque ese barrio "me lo ha dado todo", según ha afirmado en una entrevista con Efe.
En estos años ha vivido situaciones peligrosas: "Se me ha caído el árbol cuatro veces, me han atropellado, quemaron los contenedores y se quemó mi furgoneta", además de la lluvia y las olas de calor que debe soportar en la capital andaluza, enumera.
Sin embargo, Joya asegura que no lo cambiaría por nada. "Yo disfruto mucho con los vecinos", afirma mientras recibe las visitas fugaces de muchos de los que pasan por allí y comparten la alegría de ver reconocido el duro trabajo de esta vendedora que vive en el barrio de Bellavista, situado en las afueras de Sevilla, aunque está en Triana de siete de la mañana a nueve de la noche.
Joya admite que le gustaría vivir en Triana porque ahora reside "en una pequeña casa de alquiler y el dueño la va a vender", así que tendrá que buscar otro lugar, aunque lamenta que no se puede permitir "pagar más" y la opción de vivir en este barrio se le hace inviable sin ayuda.
Ayudar y compartir es una cuestión de tradición en los barrios andaluces que Joya ha vivido en primera persona; los vecinos le ofrecen ropa o arreglos para su furgoneta, atenciones por los que está muy agradecida.
Pasar media hora en su puesto implica presenciar risas, abrazos, pequeñas celebraciones, intercambio de regalos o un padre recogiendo el carrito de su bebé, que había preferido ir andando esa mañana.
Desde la calle San Jacinto ha visto crecer a muchos niños del barrio, algo que considera "muy bonito", así como crear amistades con los vecinos que pasan diariamente por su puesto, algunos de los cuales "han vuelto de la playa para venir a verme".
Esta vendedora nacida en Senegal afirma: "Yo soy de Sevilla y de Triana, siempre me he sentido trianera", y tras más de dos décadas ahora recibe el cariño del barrio sevillano.
"Si tengo un problema, vengo aquí y se me quita", añade con una sonrisa antes de confirmar que será en su puesto de la calle San Jacinto donde quiere jubilarse.
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