Juanma Moreno volvió esta calurosa tarde del jueves 21 de julio a ser investido como presidente de la Junta de Andalucía en el Parlamento autonómico.
Iniciará así una nueva legislatura en la que parece que nada cambia, pero en la que cambia todo.
En la primera votación que se celebró en el máximo órgano legislativo andaluz tras las elecciones del pasado 19 de junio se escenificó lo que puede ser la tónica de los próximos cuatro años.
La oposición voto en contra o se abstuvo, pero igualmente los 58 diputados que en esta legislatura harán de guardia pretoriana de Moreno, le despejaron el camino de su investidura y el renovado presidente andaluz sonrió al final, consciente de que se ha situado en el centro del escenario que tanto ansiaba. Poder gobernar cuatro años sin trabas, desplegar su agenda de reformas y, sobre todo, sus presupuestos sin miedo a fracasar por falta de apoyos.
Matemáticas
Las cifras son claras. Los 58 diputados del PP votaron a favor de su investidura. De Vox se abstuvieron 13 de 14, ante la ausencia de la diputada malagueña Purificación Fernández. Votaron en contra los 30 del PSOE, los 5 de Por Andalucía y los 2 de Adelante Andalucía.
En total, 58 apoyos, 13 abstenciones y 37 rechazos fue el resultado de la votación de investidura por parte de las 109 personas con representación en el arco parlamentario andaluz.
Todo según el guión previsto. Sólo quedaba la duda de si Vox, el partido que lidera Macarena Olona, optaría por hacer un guiño al PP apoyando a Moreno en su investidura para que sus futuras propuestas fueran vistas con mejor predisposición. No fue así.
Mensaje del presidente
El presidente de la Junta volvió a insistir en su intención de no aprovechar la mayoría absoluta que le han otorgado los andaluces para gobernar ignorando a la oposición.
Dijo que la política del "rodillo" no es su estilo y que lo va a demostrar. Moreno tendió la mano a Juan Espadas (PSOE) para hacer un "frente común" a la hora de negociar con el Gobierno central, actualmente en manos del socialista Pedro Sánchez, y para intentar llegar a acuerdos en grandes asuntos como las cuentas andaluzas anuales.
A Olona le ofreció diálogo y consenso en todo tipo de temas, aunque le advirtió de que su intención es la de gobernar "para todos los andaluces" de forma moderada, como ha venido haciendo hasta el momento.
Incluso se mostró partidario de trabajar junto a Inmaculada Nieto y Por Andalucía en temas como la mejora de la sanidad pública, que reconoció que necesita algún que otro retoque.
La oposición
Espadas, como líder del principal partido de la oposición, ofreció a Moreno pactos sobre las medidas para combatir la inflación, Doñana, dependencia, derechos de las mujeres, vivienda o cultura.
Olona protagonizó la anécdota de la votación al expresar su voto con una fórmula nunca antes escuchada en la Cámara: "Una afectuosa abstención", incidió la líder de Vox, quien pidió a Moreno "un paquete urgente de medidas anticrisis que suponga el auténtico escudo social que alivie a miles de hogares andaluces para quienes esta inflación desbocada les impide llevar carne o fruta a sus mesas".
Nieto reiteró su preocupación por el deterioro de la sanidad pública andaluza, pero aseguró a Moreno que tendrá disponible a su grupo para mantener "un disenso honesto" que les permita construir "consensos robustos".
Finalmente, Rodríguez exigió que se centre en cambiar el modelo productivo andaluz para alejar a Andalucía de la precariedad.
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