El trabajo artesanal, el oficio, la tradición y la pericia de las "petite mains", como se conoce en francés a las costureras de talleres que crean lujosas piezas de ensueño, es lo que muestra la película que se estrena en nuestro país Alta costura (2021), de la directora y guionista francesa Sylvie Ohayon.
"Quería filmar a las costureras en su trabajo y mostrar que detrás de toda esa opulencia hay gente normal que sabe hacer magia", señala este lunes en nota de prensa la propia directora.
Una historia protagonizada por Esther, jefa de taller de la casa Dior, a la que da vida la actriz Nathalie Baye, y Jade, una joven veinteañera, interpretada por Lyna Khoudri, que reconduce su incipiente carrera como ladrona profesional a la de costurera en uno de los mejores talleres del mundo.
La película de Sylvie Ohayon, que se estrena el próximo 22 de julio, recrea el taller de la casa Dior y rinde homenaje a las que están detrás de las grandes creaciones de moda, "en una historia de herencia y comprensión entre dos mujeres con grandes diferencias generacionales y culturales".
Jade le roba el bolso en el metro a Esther, pero se muestra arrepentida y lo devuelve. A Esther le intriga el comportamiento de la joven y le ofrece la posibilidad de incorporarse a los talleres como aprendiza cuenta la sinopsis del filme.
La realizadora dice reconocerse a sí misma en la relación de Esther y Jade. "Provengo de los barrios del extrarradio y soy una romántica que ha logrado emanciparse", añade. "Trabajaba como una loca. Llevaba dentro de mí la rabia que anima a Jade porque no quiere que nadie la pisotee. Y, al igual que Esther, me mataba a trabajar".
"Pensaba que saldría adelante gracias al trabajo. Un día alguien me dijo: 'En el amor, nadie nos garantiza que nos amen como nosotros amamos. Y lo mismo ocurre en el trabajo, donde no te devuelven todo lo que has dado'. Y tenía razón", concluye.
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