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“Aunque al año se resolvieran dos o tres casos, merecería la pena”

Entrevista con Francisco Venegas, primer Adjunto al Defensor de la Ciudadanía de Arcos

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  • Francisco Venegas Richarte fue concejal y trabajador durante décadas de los juzgados, ahora ha sido elegido Adjunto al Defensor. -

POR PDEDRO SEVILLA

Concejal del Ayuntamiento tras las primeras elecciones locales de 1979, la imagen pública de Francisco Venegas Richarte, recién nombrado adjunto al Defensor del Ciudadano arcense,  viene jalonada por su actividad social. A dicho cargo político, en el que permaneció algunos años, se suma su participación en distintas etapas en la dirección del ‘Círculo de la Unión’, el popular Casino, donde se ha contado siempre con su valía y sus dotes negociadoras. Pero sobre todo Francisco Venegas Richarte ha sido, durante la mayor parte de su vida laboral, que ha desarrollado casi en su totalidad en los Juzgados de Arcos, un funcionario al servicio de la Administración de Justicia. Todo ello avala este nombramiento unánime. Hemos hablado con él para conocer su valoración.

Estos días atrás, en sesión plenaria del Ayuntamiento arcense, ha sido usted nombrado Adjunto al Defensor del Ciudadano, un cargo sin duda de gran responsabilidad y gran honor. ¿Es así?

– Así mismo es un gran honor por servir,  y si  ese servicio es en tu pueblo, más todavía, y también como dices una responsabilidad.

El nombramiento lo ha sido por unanimidad, o sea, con el voto afirmativo de los veintiún miembros del Pleno Municipal. Concejales del PSOE, del PP, Ai-Pro y de Ciudadanos se han puesto de acuerdo y han depositado en usted ese cargo. ¿Fue una exigencia de usted que el nombramiento fuese por unanimidad? ¿Aceptó el cargo con la condición de que no hubiese ningún voto en contra?

– No, no puses condición ninguna, ni había hablado previamente con ningún miembro de la Corporación, si bien la casi totalidad de la Corporación me conoce y sabe quién soy.

El actual Defensor del Ciudadano, el señor Salas, ha venido y viene desempeñando su función desde hace años. ¿Cuál será el cometido de usted dentro de la Institución?

– Sí, como bien dice, el  actual Defensor ha desempeñado una gran labor y la sigue desempeñando, y Dios quiera que siga mucho tiempo con nosotros, porque a él se debe el nacimiento de la oficina en Arcos. Es un hombre con una gran  vocación de servicio y de eficacia en la ejecución de los temas que aborda.

Mi cometido está previsto en los Estatutos, y es el normal en este caso: sustituir al Defensor en caso de  vacaciones o enfermedad, así como encargarme de los casos concretos que él estime oportuno; de facto ya me ha encomendado alguno.

La figura del Defensor del Pueblo Español, con sus consecuentes ramificaciones en Defensor del Pueblo Andaluz o del Defensor de la Ciudadanía, es sin duda un logro, una institución nacida hace siglos para defender al ciudadano de las irregularidades o arbitrariedades del poder. ¿Sigue siendo hoy una figura imprescindible?

– Hombre, tanto como imprescindible… no, pero qué duda cabe que en mucha ocasiones se es útil, y aunque al año se resolvieran dos tres casos solo, merecería la pena, teniendo en cuenta  que es un servicio que al Ayuntamiento le sale gratis.

Su nombramiento, como el del titular de la Institución, es un cargo honorífico, o sea, da trabajo pero no remuneración económica. ¿Qué le mueve entonces a  aceptar este nombramiento? Le mueve, sin duda, el altruismo de trabajar por el bien común. ¿Es así, verdad?

– Así es, que no le quepa la menor duda, ¿hay mayor satisfacción que ver resuelto un problema a alguien al que a veces ni siquiera conoces y tú has intervenido en esa resolución, y sin tu concurso no hubiera sido posible?

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