Hace tiempo que se observa un preocupante crecimiento de la miopía entre la población más joven. Parece que estamos abocados a ver mal cada vez a edades más tempranas, pues nuestros hábitos de vida favorecen el desarrollo de este problema de refracción. Así, sin ir más lejos, Andalucía cuenta con una presencia de miopes de un 36%.
No obstante, en esto de ver mal nos sacan ventaja los madrileños (un 38%) o los riojanos (un 40%), entre otras comunidades. Lo cierto es que los datos empeoran año tras año y, al parecer, la región andaluza aún podría encontrar motivos para cierto regocijo porque no se acerca, al menos todavía, al 43 % de miopes que hallamos en Aragón, región que bate récords en esta cuestión.
Los cántabros, con un 36% de afectados, nos igualan en cuanto al número de miopes presentes entre la población.
Si miramos bien los datos, advertiremos que este problema tiende a agravarse con el tiempo. Tanto es así que, para el año 2050, más del 50 % de la población mundial tendrá problemas para ver de lejos.
Sin duda, estamos ante una situación que se va agravando con el tiempo debido a nuestros hábitos de vida que nos vuelven más consumidores de pantallas y que, en consecuencia, nos impiden practicar la vista a larga distancia que tan crucial fue para nuestros ancestros cazadores.
Tanto es así que, en opinión de la entidad no gubernamental Brien Holden Vision Institute (BHVI) con sede en Sídney (Australia), estamos ante uno de los mayores desafíos de la salud pública en el futuro.
Por este motivo, la operación para la miopía parece destinada a ser una intervención cada vez más frecuente entre aquellos que no se resignan a recurrir a las gafas o a las lentillas para conseguir ver correctamente.
No obstante, prevenir es posible para gozar de una buena salud visual. Aunque es cierto que las horas consagradas al estudio y a la lectura parecen ser determinantes para la irrupción de este problema, parece que aún lo es más el tiempo que pasamos al aire libre. De hecho, un estudio de la Universidad Estatal de Ohio en un grupo de más de 500 niños de 8 y 9 años de edad concluyó que los que pasaban menos tiempo jugando en espacios abiertos sufrían más miopía.
Resulta conveniente recordar que la luz solar estimula la producción de dopamina intraocular a través de las células amacrinas de la retina. Así, la dopamina es un neurotransmisor que bloquea el alargamiento del ojo durante su desarrollo, algo que sucede especialmente durante el día.
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