Investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA-CSIC) han determinado que la degradación activa del territorio peninsular español se ha triplicado en la última década con respecto al periodo 2000-2010, dado que los procesos que implican la pérdida de producción primaria neta y biomasa vegetal a lo largo del tiempo han afectado a 28.123 kilómetros cuadrados.
El estudio ha permitido detectar en paralelo un aumento de vegetación en 81.551 kilómetros cuadrados, si bien esta extensión representa "solo dos terceras partes de las obtenidas para el decenio anterior", según ha indicado la entidad científica en una nota.
"El territorio en degradación ha aumentado, mientras que el territorio donde se recupera vegetación ha disminuido en los últimos diez años", han concluido desde la EEZA, donde apuntan que Murcia, la Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha aparecen como las comunidades más afectadas.
El escenario encontrado representa un "empeoramiento reciente de las tendencias de condición de la tierra" e implica "dificultades adicionales" para la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 15.3, que es alcanzar neutralidad en la degradación de tierras para 2030.
Estas tendencias se calculan independientemente de las fluctuaciones climáticas, por lo que deben interpretarse en un contexto de gestión humana y desertificación actual. La degradación de la vegetación está causada, principalmente, por la sobreexplotación recurrente de agroecosistemas, y por catástrofes como incendios forestales.
"En este estudio se observa más frecuentemente en el sureste y centro peninsular, asociada con cultivos permanentes de viñas y frutales, áreas con vegetación dispersa, pastizales naturales y zonas quemadas", explican a partir de los datos obtenidos por el Grupo de Desertificación y GeoEcología de EEZA/CSIC dentro del proyecto LifeWatch ERIC-SUMHAL que coordina el CSIC.
Por su parte, el aumento de vegetación corresponde, en la mayoría de los casos, a una sucesión ecológica secundaria que tiene lugar en tierras marginales tras su abandono, y puede observarse más raramente tras la sustitución de vegetación natural por cultivos.
Esta tendencia, generalmente asociada a zonas forestales, resultó especialmente frecuente en Galicia, Asturias y Cataluña', según ha observado el investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas, Gabriel del Barrio.
Estos resultados se basan en el análisis de series temporales de imágenes de satélite del programa europeo Copernicus Global Land Service, y serán enviados en breve, tras una interpretación completa, para su publicación en una revista científica.
Se trata de un proyecto europeo encuadrado dentro del programa Feder de actuaciones relacionadas con la infraestructura distribuida paneuropea de e-Ciencia LifeWatch ERIC, con Sede Central en Andalucía-España, y se encuentra financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional.
El propósito clave del proyecto es contribuir a la conservación de la biodiversidad en sistemas naturales o seminaturales del Mediterráneo occidental, haciendo uso para ello de infraestructuras de alta tecnología, trabajo de campo, entornos virtuales de investigación (VRE), así como la combinación entre personal investigador altamente especializado y la ciudadanía, a través de acciones de ciencia ciudadana.
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