El candidato del PP a la reelección como presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha rechazado la posición "prácticamente de chantaje" que ha tomado Vox, exigiendo su entrada en el gobierno como condición irrenunciable para apoyarle, y ha advertido de que bloquear la investidura si él obtiene una victoria clara "les pasaría factura".
En una entrevista con EFE al término de la campaña electoral para las autonómicas del 19 de junio, Moreno ha defendido que si consigue un resultado contundente sobre el resto de partidos lo que habría que hacer es "respetar la voluntad de la mayoría de ciudadanos" y dejar a los populares gobernar en solitario en Andalucía.
El presidente de la Junta no ve razonable que Vox haya cerrado ya la puerta a una abstención y se sitúe en una posición de máximos con la exigencia de entrar en el Ejecutivo, aunque el PP sólo necesitara un escaño, una afirmación "un tanto gratuita y casi irresponsable" que cree que no habrá gustado a muchos de sus electores.
Ha admitido que hay una parte del discurso de Vox que le "incomoda", como es la posición de esa formación contra el Estado de las autonomías, la lucha contra la violencia de género o contra el cambio climático.
"Es muy difícil, cuando uno no cree en una institución, querer gobernar esa institución, eso me incomoda mucho", ha explicado.
El objetivo que marca es ambicioso, ya que busca acercarse lo máximo posible a los 55 escaños porque, a pesar de que esa mayoría absoluta es "muy improbable", Moreno entiende que las posibilidades de presionar y negociar aumentan progresivamente según los diputados que obtenga.
"No es lo mismo tener 46 o 47 escaños, que es un excelente resultado, que tener 51. Cuanto más cerca estemos, la capacidad de presión, de negociación y de tener las manos libres va a ser mucho mayor", ha manifestado el candidato popular.
Ha admitido que la baja participación perjudicaría especialmente al PP, porque va "primero" y se dejaría en el camino más votos que nadie, y por ello su equipo de campaña tiene una especial preocupación por la ola de calor y por la posibilidad de que muchos ciudadanos andaluces opten por la playa en lugar de ir a votar.
Esa será una de las claves del 19 de junio y por eso se afana en movilizar a su electorado, ya que "por unos cuantos votos" pueden perder "tres o cuatro escaños", la diferencia entre conseguir o no esa "mayoría suficiente" que busca para intentar gobernar solo.
Moreno deja en manos de los ciudadanos andaluces la decisión entre "un gobierno de pacto" que limitaría bastante al ejecutivo, o uno en solitario que sería mucho más "ágil".
Para la investidura no cuenta con los socialistas, ya que cree que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha impuesto el 'no' al candidato del PSOE-A, Juan Espadas, porque "necesita a Vox para las generales" y "no va a permitir" una abstención en el Parlamento.
Los populares han notado que "está volviendo" una parte del electorado que se fue descontento a Vox en 2018 porque ahora ven una opción "segura, realista, que identifican más con la realidad de Andalucía" que la que representa Macarena Olona.
El candidato, que respeta las estrategias de campaña de cada partido, ha dicho que le ha sorprendido "muchísimo" que Vox haya pedido "transferir las competencias de sanidad o educación a Sánchez" o esa postura "maximalista" sobre su entrada en un gobierno "en el que no creen", lo que ve "una incoherencia" que les está pesando.
Al término de la campaña, Moreno cree que han cumplido el objetivo y que hay una mayoría de ciudadanos que entienden "que ahora lo que toca" es concentrar el voto en el PP para que no tenga "las manos atadas" por pactos futuros que condicionen la acción del gobierno andaluz.
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