El archivo del fotógrafo Atín Aya (1955-2007), compuesto por 2.335 negativos fotográficos en diversos formatos, contactos y diapositivas que superan los 70.000 fotogramas, así como numeroso material positivado en gran formato, ha sido depositado en el Archivo General de Andalucía.
El legado incluye además artículos y estudios sobre su obra y las ediciones bibliográficas de sus trabajos y permite a este Archivo contar con el trabajo de uno de los fotógrafos españoles más relevantes del siglo XX.
Entre su amplia obra destacan las series "Marismas del Guadalquivir" (1991-1996), "Cortijos, haciendas y lagares" (1997), "Los andaluces" (2002) y, ya editado de forma póstuma, "Paisanos" (2010), ha informado este jueves la Junta en un comunicado.
El depósito voluntario por parte de la familia tiene una vigencia de diez años, prorrogables por iguales periodos de tiempo, y la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico está a cargo de la tutela y la conservación de la colección a través del Archivo General de Andalucía.
Se podrán realizar exposiciones propias o en colaboración otras instituciones, con la autorización expresa de su depositante, quien mantiene la propiedad.
Atín Aya, un hito singular en la fotografía andaluza y española, cursó estudios de Filosofía y Ciencias de la Educación y se licenció en Psicología por la Universidad de Granada.
En 1981 marchó a Madrid para recibir formación fotográfica en la escuela Photocentro y trabajar en la agencia Cover, donde conoció a Jordi Socías, a quien siempre reconoció como su maestro.
Su experiencia como reportero fotográfico en Sevilla le situó en la fotografía documental y le otorgó gran instinto para la toma directa.
A partir de 1986 compaginó esta labor periodística con exposiciones en galerías nacionales e internacionales, y destacan las muestras en la Soho Photo Gallery de Nueva York, en la Diputación de Sevilla y en el certamen PhotoEspaña 2000 en el Conde Duque de Madrid.
Su obra figura en las colecciones permanentes de museos e instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Fundación Foto Colectania.
En 1987 realizó para el periódico "Diario 16" una serie de retratos a pintores sevillanos de la vanguardia, encargo que supondrá un punto de inflexión en su trayectoria.
Trabajó desde 1989 para la sede sevillana de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y, posteriormente, se incorporó al departamento de fotografía de la Exposición Universal de Sevilla de 1992.
Su fotografía se distingue por el acierto en las composiciones y el uso contrastado de la luz y la sombra, con instantáneas dotadas de una atmósfera misteriosa y silenciosa.
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