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Los duros combates se sienten también en hospitales de retaguardia en Ucrania

El 90 % llegan de Lugansk, en esa zona, y con heridas de artillería, explica a Efe Dmitry, cirujano en este hospital

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  • Járkov. -

La guerra en Ucrania tiene ahora uno de sus principales frentes de combate en la zona de Donbás, en el este del país, pero sus consecuencias se sienten también en la retaguardia, en hospitales como uno en la ciudad de Dnipro que recibe a soldados heridos.

El 90 % llegan de Lugansk, en esa zona, y con heridas de artillería, explica a Efe Dmitry, cirujano en este hospital.

El médico indica que son lesiones por la explosión de minas o por los impactos de misiles, más que por balas, porque allí la batalla es más bien de artillería que de una lucha cuerpo a cuerpo.

Por eso muchas de las heridas que atienden son en las piernas, sobre todo, y en los brazos, además de lesiones internas por efectos de la onda expansiva de las explosiones, comenta.

Además de que estar en el frente provoca un desgaste físico, junto con las repercusiones mentales entre los combatientes, con consecuencias como bajo nivel de hemoglobina en la sangre o problemas de estómago, que también atienden en este hospital, del que prefiere no dar más detalles por razones de seguridad.

"La situación es complicada en el este", confiesa, pues Rusia ocupa bastante territorio y hay duras batallas por ciudades como Severodonetsk.

RECUPERARSE PARA VOLVER AL FRENTE

Los militares heridos muchas veces vuelven al frente una vez recuperados, pero si requieren una recuperación larga, hay trenes para llevarlos a sus regiones de origen si lo prefieren.

Los casos más serios pueden suponer un mes de descanso en sus casas, si así lo valora una comisión de las Fuerzas Armadas ucranianas.

Roman, de 25 años, se recupera en este hospital de una herida en un hombro, que sufrió en un ataque de artillería en el área de Lugansk.

El soldado cuenta a Efe que era de noche, cuando cayeron granadas, era todo confuso y aunque lograron refugiarse en una trinchera, le hirieron, el pasado 27 de mayo.

Lo más complicado fue evacuarlo, pues tuvieron que llevarlo como pudieron a lo largo de unos tres kilómetros, en medio del ataque, relata.

El joven comenta que antes de la guerra estuvo en las Fuerzas Armadas ucranianas entre 2016 y 2019, por lo que tiene un rango alto como tirador, pues fue comandante en una unidad de artillería.

Al comenzar el pasado febrero la invasión por parte de Rusia, volvió a filas como voluntario: "regresé desde Alemania, estaba trabajando allí".

Ahora espera terminar de recuperarse para volver al combate, mientras pasa el tiempo en una habitación con otros tres compañeros heridos, recibiendo a veces la visita de su madre y de amigos, aunque no es de Dnipro, sino de Novovolynsk, en el otro extremo del país, cerca de Polonia.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado que su país pierde entre cincuenta y cien soldados al día en los combates en el este, pero este dato es muy complicado contrastarlo por fuentes independientes y tampoco ha transcendido una cifra oficial de bajas de Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa. 

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