Ronda

Baja visión y comercio local: ventajas de los negocios de proximidad

La Semana del Grupo Social ONCE se celebra en Ronda con varias actividades en el Centro Comercial Abierto

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  • Afiliados del Grupo Social ONCE de Ronda. -

El Grupo Social ONCE ha iniciado esta semana una campaña de sensibilización hacia las personas ciegas o con baja visión. Según ha explicado el director de la Agencia ONCE en la Serranía de Ronda, José María Martín, sólo el 15% de los afiliados son invidentes, mientras que el 85% restante presenta algún tipo de discapacidad visual sin ser una ceguera total. “Hay mucha confusión con este tema y creemos que es un buen momento para dar a conocer a la sociedad cuál es la realidad y las dificultades a las que nos enfrentamos a diario las personas con discapacidad visual” apunta Martín.

En nuestra ciudad, los actos se concentraron en la mañana del miércoles. La jornada comenzó con un paseo de un grupo de afiliados desde la sede de la agencia rondeña, ubicada en la calle José María Castelló, hasta Carrera Espinel, arteria principal del Centro Comercial Abierto de Ronda.

Allí les esperaban la delegada de Bienestar Social, Cristina Durán, y el delegado de Deportes, Carlos Mirasol, para someterse a una prueba: comprar una prenda en un establecimiento con unas gafas especiales que reducen la visibilidad.

“Lo que queremos es que ellos experimenten en primera persona lo que supone para una persona con baja visión realizar una acción tan cotidiana como entrar en una tienda y comprar ropa”, explica el director de la Agencia rondeña. Ambos pudieron hacer uso de un bastón para superar el reto. “Nunca había experimentado algo así y es bastante agobiante”, asegura Mirasol tras superar el reto.

“Me ha costado adaptarme porque la visión era muy borrosa, pero sí que distinguía las formas por los contrastes de colores. El suelo era blanco, pero una línea negra conectaba con la caja y por ahí me he guiado”, explica Durán.

“Los colores son valores” 

Precisamente el lema de esta campaña intenta poner en valor la importancia de los colores para las personas con baja visión.

“El contraste de colores ayuda muchísimo. Si todo es monocromático es como estar en mitad es como estar en mitad del desierto porque no hay ningún tipo de elemento que destaque. Por eso siempre pedimos que haya mucho contraste de color en puntos donde el riesgo de sufrir un accidente sea mayor”, Isabel Ruíz, técnico de rehabilitación. Pone como ejemplo una acera gris con un vado peatonal para cruzar que también sea gris:

“Si fuese de diferente color, en rojo o amarillo, las personas que tienen un resto de visión podrían detectarlo con mayor facilidad y con la distancia suficiente para saber que a unos pocos metros tendrá la posibilidad de cruzar a otra calle de una forma segura”.

Apuesta por el comercio local y de cercanía 

Siguen siendo muchas las barreras arquitectónicas existentes en los espacios públicos de nuestra ciudad. Varios de los afiliados aseguran que el casco histórico es la zona más conflictiva, aunque entienden que también es la más delicada de adaptar. Hay otros espacios privados, como los establecimientos comerciales, en los que también se están tomando medidas para facilitar la compra a clientes con dificultades de movilidad o deficiencia visual.

No obstante, el trato por parte del dependiente también es uno de los aspectos más valorados. Natalia Torres, por ejemplo, padece degeneración vacuolar en ambos ojos. Ha perdido agudeza visual pero la periferia se encuentra en perfectas condiciones por lo que nadie puede imaginar que padece esta discapacidad a menos que ella lo comunique.

“En mi caso es complicado porque yo suelo moverme por la tienda sin muchas dificultades, pero no distingo los colores ni puedo leer las etiquetas para ver las tallas. Hay dependientes que te tratan muy bien, pero hay otros que, por agobio o estrés, no lo sé, te miran extrañados y te repiten lo que tú ya sabes, que toda la información viene en la etiqueta”.

Ante esta situación, Torres recomienda a las personas con problemas de visión que acudan al mismo establecimiento con mayor frecuencia: “A todos nos encantaría poder entrar en cualquier tienda de cualquier lugar y que nos atendieran como es debido, pero no siempre ocurre así. Sin embargo, si vas muchas veces al mismo sitio, te acaban conociendo, coges confianza y es mucho más sencillo”.

Susana Macías sí lleva unas gafas de sol, por lo que es más fácil detectar que tiene un problema de visión. “En Ronda nunca he tenido ningún problema. Siempre me han atendido de forma muy educada y me han ayudado en todo lo que he necesitado. Quizás, también, porque soy de la Serranía y he comprado toda mi vida aquí. Hay mucha gente que me conoce, que sabe lo que me gusta, lo que me sienta bien. Al final no es sólo darte una talla, es que te asesoren y que tú confíes en esa persona”, explica.

Tanto Susana como Natalia consideran que el comercio local y de proximidad es un gran aliado y que, aunque aún queda mucho trabajo por hacer, están muy contentas con el trato que reciben en la mayor parte de los establecimientos rondeños. 

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