El cuerpo del animal, que comienza ya a mostrar evidentes signos de descomposición, se encuentra junto a un árbol seco a escasos 20 metros de las viviendas y acceder al mismo es relativamente fácil, ya que no existe precinto ni valla alguna que limite el acceso. De hecho, basta con escalar un poco para alcanzar el animal, según pudo comprobar este diario.
Sólo un poco más al fondo, otros equinos permanecían agrupados totalmente libres y sin vallas que limitasen su acceso a la zona de viviendas. Los vecinos relatan que esto es una situación a la que ya están habituados, dado que existen varias cuadras por los alrededores.
Residentes de la zona dieron la voz de alarma hace pocos días poniéndose en contacto con este diario para denunciar lo que consideran una auténtica monstruosidad y un ejercicio de dejadez por parte de las autoridades, ya que el equino sigue allí desde hace una semana y nadie ha hecho nada para sacarlo de allí.
Seprona
Agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Servicio para la Protección a la Naturaliza (Seprona) acudieron, según los vecinos, a principios de esta semana tras la llamada de uno de los residentes. Según pudo saber este diario, permanecieron allí varias horas inspeccionando la zona y recabando información sobre quién o quiénes podían ser los propietarios del animal.
Ya han pasado días desde entonces y ni desde el Instituto Armado ni desde ninguna otra instancia se había ordenado, hasta el día de ayer, la retirada del animal de las cercanías de la zona de viviendas. Un residente afirmó que “afortunadamente, estos días no ha llovido, el cuerpo no se ha deteriorado ni se ha visto arrastrado hacia las casas, pero en pocos días el hedor será insoportable”.
El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil se encuentra con enormes dificultades para buscar a los culpables de este atroz abandono de animales que se da en varios puntos de la ciudad.
Según indicaron fuentes consultadas por este diario, este tipo de animales suelen contar con un chip de identificación integrado en sus cuerpos para facilitar estos datos en casos de hallazgos como el de esta semana en Cortijo Vides.
No obstante, muchos de los equinos que campan por San Bernabé o las cercanías del Arroyo del Tiro en completa libertad y sin impedimento alguno para alcanzar la carretera o las viviendas. Fuentes consultadas afirmaron que la mayoría “sabe de quién son los caballos pero prefieren no decirlo”.
La escapada de equinos ha provocado ya más de un accidente de tráfico, incluso en la autovía. A finales de julio pasado, un grupo de seis a siete caballos invadió la A-7 a la altura de la circunvalación provocando un accidente por alcance, si bien las consecuencias fueron leves. Una yegua quedó gravemente herida a causa del atropello de uno de los coches. El propietario reconoció la culpa.
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