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O sopas o Tetas en Los Lances de Tarífa

Quienes viven percibiran claramente que el tesoro depositado por la historia en sus manos no representa un problema y si una oportunidad de vivir mejor.

Publicado: 24/05/2022 ·
09:38
· Actualizado: 24/05/2022 · 09:39
Autor

Rafael Fenoy

Rafael Fenoy se define entrado en años, aunque, a pesar de ello, no deja de estar sorprendido cada día

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Suena esto de O sopas o tetas , pero no trata de lo mismo, este texto de Manuel Villegas, publicado ahora 6 años un sábado, 21 de mayo de 2016, con el título “Teta y sopa no caben en la boca”, subtitulado: La inconsecuencia de Margarita Robles. En estos días es en Tarifa donde algunas mentes “inteligentes” quieren tetas y sopas, al planificar llenar de ladrillos las zonas más extraordinarias, por naturales, que rodea su inmensa y espectacular playa de los Lances. La Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible de Cádiz ha comenzado la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE) sobre la MODIFICACIÓN DEL PLAN PARCIAL DE ORDENACIÓN DEL SECTOR DE LOS LANCES.  Conjunto de proyectos que pretenden urbanizar 622.241 m2, justo frente al Paraje Natural de Los Lances. Espacio natural del Parque Natural del Estrecho. Los números son elocuentes: Se pretende edificar 730 viviendas y poner en funcionamiento 1.360 plazas hoteleras. ¿Por qué pretenden promocionar tantas construcciones “turísticas” en ese entorno Tarifeño? Evidentemente dineros hay por medio y que en esta cruzada por acceder al “vil” metal andan más de dos enredados. A pocos se les escapa que la demanda, ante una oferta inmobiliaria de esas dimensiones, está garantizada. Pocos lugares del mundo tienen esas condiciones de vida excepcionales que forman un patrimonio común, no sólo de quienes viven en Tarifa sino del resto de la humanidad. ¿Exageración? No parece que, a fuerza de alterar los ecosistemas, el común de los mortales haya llegado a la conclusión de que a la naturaleza no se la puede ir mangoneando, porque al final sólo unos pocos especuladores se llevan calentito los dineros y dejan a los que se quedan con todos los problemas. Una vez más la diabólica lógica del capitalismo pretende funcionar: Socializar las pérdidas, privatizar las ganancias. El contraste de intereses es claro y brutal. Y si se manifiesta tan evidente ¿Qué interés puede tener el Ayuntamiento de Tarifa en apoyar estos enormes proyectos de urbanización de un entorno natural privilegiado?

Alguien podrá alegar que las licencias de obras permiten ingresos sustanciales a las arcas municipales. Que los IBIs de las nuevas viviendas y otros impuestos supondrá un aumento en la recaudación municipal. Que generará “muchos” puestos de trabajo, no sólo en la construcción sino en los mantenimientos del enorme número de viviendas y comercios que están proyectados… y posiblemente algún alegato más.

Visualizar los impactos negativos que supondrá la urbanización de todo este entorno natural único ¿no es suficiente para respetarlo? Parece que en los “negocios”, sobre todo quienes los hacen y no padecen, esto de las visualizaciones se antoja algo menos que “ridículo”. Otra cosa es aprestarse a visualizar los pingües beneficios que se llevaran limpios de polvo y paja. Ese paraíso natural ¿en qué quedará después de la intervención urbanística a base de ladrillo y cemento? Y una vez se degrade este paraje natural ¿qué valor seguirá teniendo?

Cuando las decenas de miles de personas que comiencen a vivir asentándose en las zonas urbanizadas, dejen de disfrutar ellas mismas del entorno natural que les hizo adquirir sus viviendas ¿No se percataran del engaño? Y cuando el flujo de “turistas”, que cada vez más valoran más los espacio únicos, salvajes, deje de visitar lo que ya no lo es, alterado por miles de construcciones ¿en qué quedará las promesas de un futuro mejor para Tarifa”. Si uno de los mayores atractivos de ese territorio es su estado natural ¿por qué alterarlo?

Sin embargo quienes no viven en Tarifa y sin embargo la disfrutan deben reconocer que es totalmente insolidario que quienes viven en ese magnífico territorio tarifeño, deban asumir en solitario, y por sus propios medios, el sostenimiento de este patrimonio natural que conservan y ofrecen al mundo mundial. Por ello en este, como en otros miles de casos, piénsese en todas las reservas mundiales, deberían ser los estados y las organizaciones internaciones quienes deberían aportar recursos a las comunidades que generosamente comparten estas maravillas naturales. En este caso sería el municipio de Tarifa u otro caso emblemático como es vecino territorio de Bárbate, natural gracias a pertenecer al ejército español. Ambos municipios gozan de un patrimonio natural envidiable y sus habitantes deberían percibir claramente que el tesoro depositado por la historia en sus manos no representa en ningún caso un problema y si una oportunidad para un vivir mejor.

Rafael Fenoy Rico

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