Sevilla

Científicos andaluces avisan de "devastadores impactos" de las colonias de gatos

Alertan de los impactos en la biodiversidad y cuestionan su tratamiento en el Anteproyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales

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  • Una colonia de gatos callejeros se alimenta. -

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla y de la Estación Biológica de Doñana dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han avisado en un artículo publicado en la plataforma de divulgación científica 'The Conversation' de los "devastadores impactos" de las colonias de gatos en la biodiversidad y cuestionan el tratamiento que se les da en el Anteproyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales al sostener que "no debería proteger a los gatos callejeros por sus numerosos impactos sobre los ecosistemas".

Una de las investigadoras del citado artículo, la profesora contratada doctora Martina Carrete, del Área de Ecología de la UPO, explica a Europa Press que a los gatos "hay que sacarlos de la calle", para lo que hay dos caminos, a su juicio: "o adoptarlos o sacrificarlos". "Las cosas hay que abordarlas con seriedad", apostilla, insistiendo en "separar el corazón y la pasión" de la gestión científica de este "problema" que se detecta especialmente en las ciudades pero del que también hay constancia en las zonas rurales.

"Si bien la Ley pretende proteger a todos los gatos, tengan o no persona responsable, hace especial énfasis en el apoyo a las colonias. Para ello, asegura su alimentación y atención veterinaria (a cargo de los ayuntamientos), las protege de cualquier molestia (prohibiendo la retirada de colonias o sus integrantes) y otorga un estatus oficial a sus cuidadores voluntarios", sostienen los tres firmantes del artículo que, además de Carrete, son Miguel Clavero, de la EBD, y Pedro Romero Vidal, posdoctoral de la UPO.

Los tres investigadores, que desde la publicación del artículo han recibido críticas por sus posicionamientos, creen que "estas medidas perpetuarían el ya elevado número de gatos asilvestrados tanto en las ciudades como en las zonas rurales, o incluso lo aumentarían, potenciando así sus devastadores impactos sobre la biodiversidad". Estos impactos, insisten además, "se ignoran completamente en el texto --de la Ley-- a pesar de la evidencia científica sobre ellos es abrumadora".

De hecho, Carrete, Clavero y Romero aseguran que los gatos "matan más pequeños mamíferos y aves que los atropellos, el envenamiento o la caza". Por eso, apostillan, los gatos "bien alimentados, en casa o en colonias, siguen cazando presas silvestres". La profesora y directora del Máster de Biodiversidad y Biología de la Conservación entiende que los posicionamientos defendidos en el artículo "suenan mal, pero las cosas hay que abordarlas con seriedad". "Estamos contribuyendo a reducir la biodiversidad, a dejar de contar con especies que prestan un servicio ecológico, como los murciélagos. Pensemos egoístamente. Es por nosotros", reflexiona Martina Carrete, que ironiza con "el daño que ha hecho Walt Disney a la biología de la conservación".

Además del efecto en la biodiversidad, los investigadores apuntan a que los gatos "actúan como vectores y reservorios de numerosas enfermedades, como la leucemia felina, que estuvo a punto de acabar con la población de linces de Doñana, y la toxoplasmosis, con implicaciones muy serias en la salud pública". "Nuestra impresión --concluye el artículo-- es que se han querido regular las relaciones con nuestras mascotas pero incluyendo también bajo el mismo paraguas a algunas especies que mucha gente siente muy cercanas por ser atractivas y convivir estrechamente con las personas".

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