Pablo Iglesias no conoce a Inmaculada Nieto. Al menos, no cita su nombre al referirse a ella cuando hace un sincero y sesudo análisis en los micrófonos de la cadena Ser sobre el disparatado proceso de unificación de la izquierda en Andalucía de cara a las próximas elecciones del 19J y lo que viniera. Pero Pablo se equivoca. Debería conocer a la candidata porque su trabajo y trayectoria le avalan.
Tras el cúmulo de errores que ha protagonizado la izquierda en Andalucía durante los últimos años -desde las encarnizadas primarias de los socialistas que dieron paso al liderazgo de Juan Espadas en detrimento de Susana Díaz hasta la escisión del grupo parlamentario de Adelante Andalucía, culminando con la negociación a última hora y la inscripción fuera de tiempo de una nueva formación que ya estaba registrada- su electorado está desconcertado.
La previsión demoscópica apunta a que los sillones de la oposición es el futuro más probable para los diputados progresistas, cuya militancia contempla, absorta, cómo la comunidad autónoma más grande de España y tradicional granero socialista ha tornado hacia políticas liberales y conservadoras. Y esto es consecuencia del error propio más que del acierto ajeno.
Juanma Moreno se tiene que limitar a mantener el resultado. Estamos en la prórroga y no es necesario marcar más tantos. Lo fundamental es evitar errores en la defensa. La plantilla del equipo es la deseada. No hay rastro casadista y, por fin, ha sido el entrenador quien ha decidido a los candidatos.
Y ante esta situación de probable establishment conservador en la próxima legislatura, aparece el liderazgo de Nieto para aportar su sensatez a un supuesto proyecto común de la izquierda. Conozco a Inma desde que era, creo recordar, concejal delegada de Cultura de Algeciras. Hace unos quince años. Es una mujer capaz, inteligente, sensata, dura en su mensaje pero respetuosa en las formas. Y eso, en un momento en el que nueve de cada diez españoles se declaran hartos de la crispación política, es mucho. Sus intervenciones en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas son su mejor carta de presentación. Así que, Pablo, dale un toque y tomaros un cafelito. Conócela.
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