El acoso escolar tiene un impacto negativo en todas las habilidades evaluadas de las víctimas, lo que equivaldría a la pérdida de 3 a 5 meses de educación formal para los estudiantes victimizados, en comparación con sus compañeros no victimizados.
Así lo revela un informe de Fundación Alternativas sobre 'El impacto del acoso escolar en el rendimiento académico en España', elaborado por los investigadores Gisela Rusteholz, economista y doctoranda en la Universitat de València (UV), y Mauro Mediavilla, profesor del departamento de Economía Aplicada en la misma universidad. Este lunes 2 de mayo se celebra el Día contra el Acoso Escolar.
Para identificar el efecto del acoso escolar sobre el rendimiento académico se aplicó la metodología 'Propensity score matching'. La estrategia para implementar esta metodología consiste en dos fases. En la primera, se estima la puntuación de la propensión (PS) que indica la probabilidad de ser acosado en base a diferentes variables personales y de contexto.
En la segunda, se aplican diferentes algoritmos de emparejamiento con el objetivo de observar las diferencias en las variables de resultado (puntuación en Matemáticas, Ciencias y Lectura, pruebas del informe PISA 2018) entre el grupo victimizado (tratado) y no victimizado (control). Para ello, se analiza una muestra de casi 36.000 estudiantes de 15 años (la mayoría en 4º de la ESO) en centros de todo el territorio nacional.
Según los resultados, el acoso escolar deterioraría el desarrollo de habilidades sociales o relacionales de las personas involucradas, tales como la asertividad, la empatía o la gestión del miedo o la ira. A corto plazo, las consecuencias más habituales van desde el temor a asistir a clase, la ansiedad y la depresión hasta las ideas suicidas.
El trabajo destaca que el acoso escolar se erige como un "obstáculo más en el proceso de enseñanza-aprendizaje", que puede generar un rendimiento académico "más pobre" y conducir, a corto plazo, al incremento en las tasas de "absentismo escolar, fracaso escolar o abandono escolar prematuro". A largo plazo, los efectos del bullying pueden llegar a provocar "potenciales pérdidas de oportunidades educativas y laborales".
Tal y como explica Mediavilla, en el último año un 15,03% del alumnado ha sufrido exclusión, un 29,17% burlas, un 11,94% amenazas, un 17,79% destrucción de propiedad, un 13,33% agresiones físicas y un 22,36% rumores sobre su persona.
Aunque este autor señala que no hay diferencias significativas en relación al acoso, por género ni por tipo de centro escolar (público, privado y concertados), sí que existen "diferencias menores" cuando se considera los tipos de acoso.
Por ejemplo, los chicos son más propensos a sufrir burlas (la forma de violencia más común en el ámbito escolar), agresión física, destrucción de objetos de los compañeros y amenazas, mientras que entre las chicas predominan los rumores.
También existen diferencias por sexo en la frecuencia del acoso, ya que en la mayoría de secciones los chicos registran porcentajes superiores, Así, en exclusión llegan al 15,84% frente al 14,58% de las chicas; en burlas se sitúan en el 31,90% por 26,39%; en amenazas 15,32% por 8,52%; en destrucción de propiedad 20,66% por 14,89%; y en agresiones físicas 17,86% por 8,75%. Sólo en el capítulo de rumores las chicas están por delante, con un 23,02% frente al 21,69 de los chicos.
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