La Semana Santa arranca este próximo Sábado de Pasión con una gesta que no conoce precedente alguno en todo el territorio nacional.
La Hermandad de la Entrega -con sede en la parroquia de Guadalcacín- va a peregrinar hasta el centro de la ciudad en una aventura que le llevará a recorrer una distancia de 13,6 kilómetros en algo más de catorce horas, las que van desde las 12.30 del mediodía hasta las 02.45 de la madrugada del Domingo de Ramos.
Hasta ahora, la cofradía no había traspasado nunca las fronteras de su propia entidad local autónoma (ELA).
La idea viene de años atrás y logró la aprobación del anterior obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, con vistas a la Semana Santa de 2021.
El nuevo prelado, José Rico Pavés, ha tenido a bien permitir que ese sueño se traslade a este 2022 que trae consigo la recuperación de las procesiones en la calle.
Del dicho al hecho hay tanto trecho como esos 13,6 kilómetros de recorrido procesional. Precisamente por eso la hermandad configuró un amplio equipo de personas encargado de garantizar la viabilidad de esa gesta.
A su cabeza se encuentra el fisioterapeuta José Luis Cuenda, que asegura que a lo largo de estos últimos meses han debido contemplarse todo tipo de escenarios con el objetivo de que esas catorce horas de recorrido no resulten “excesivamente duras” para los nazarenos.
De entrada se ha tenido en cuenta que el cortejo tiene que almorzar, merendar y cenar sin detener la marcha.
Se han previsto puntos de avituallamiento en el colegio San José Obrero, en la Sala Paúl y al inicio de la avenida de Europa, ya de regreso a Guadalcacín.
“La idea es que los nazarenos no abandonen el cortejo y puedan comer en la misma fila. Para ello vamos a contar con la ayuda de un amplio grupo de hermanos de brazalete que se ocuparán de distribuir el alimento entre esos nazarenos”, explica José Luis Cuenda.
Para el almuerzo y la cena se van a preparar “pequeños bocadillos”, mientras que a la hora de la merienda se distribuirá fruta, galletas y zumos, sobre todo para los más pequeños.
Esos hermanos de brazalete que acompañan a la cofradía también se ocuparán de repartir agua cuando los nazarenos lo requieran.
A pesar de ello la hermandad es consciente de que pueden ocurrir innumerables contratiempos y que es posible que durante el recorrido algunos nazarenos requieran de atención especial.
Precisamente por ello se contará con una ambulancia y asistencia sanitaria “por si alguien se siente indispuesto”.
También se dispondrá de un vehículo de apoyo por si acaso fuera necesario trasladar a algún hermano a cualquier sitio.
No hay que dejar de lado que la cofradía va a recorrer un par de tramos de carretera que carecen de cualquier tipo de servicio.
“Hay que tener en cuenta que tenemos a familias completas dentro de la cofradía y si uno de sus miembros tiene alguna necesidad no va a encontrar a nadie que le ayude. Por eso la gente tiene que estar tranquila, porque la hermandad no va a dejar a nadie por ahí dejado de la mano de Dios”, subraya.
La previsión es que el cortejo esté integrado por algo más de un centenar de nazarenos, a los que deben sumarse unos 30 monaguillos.
Hay gente joven, pero “también mujeres mayores del pueblo”. De ahí que se haya buscado un ritmo “cómodo” que alivie de algún modo el cansancio, teniendo en cuenta que por mucho que se quiera las horas van a ir cayendo como una losa sobre toda la comitiva.
La cuadrilla de costaleros está comandada por el capataz Tomás Sampalo, que se dedica profesionalmente al entrenamiento deportivo, lo que sin duda es una garantía para superar esta prueba.
Esa cuadrilla está integrada por alrededor de 150 miembros, el equivalente a tres cuadrillas completas.
A priori por tanto la gesta no debe suponer mayor problema para los costaleros dado que los relevos están más que garantizados.
Todo parece por tanto controlado, menos la meteorología, que al igual que ocurriría en una prueba deportiva al aire libre es un elemento que va a jugar un papel determinante en el desarrollo de esta aventura.
A José Luis Cuenda le preocupan fundamentalmente el calor y el viento. “Tanto el excesivo calor a determinadas horas como el viento podrían dificultar bastante el recorrido. Habrá que tener a los hermanos bien hidratados. Otra cuestión sería la lluvia, pero para ese elemento la propia cofradía ya tiene diseñado un plan específico”, explica.
La cofradía hará estación de penitencia en la capilla de San Juan de Letrán (19.55 horas), contará con el acompañamiento de la Banda de Cornetas y Tambores Fe y Consuelo, de Martos; y de la Banda de Cornetas y Tambores del Rosario de Cádiz.
El reto está cada día más próximo. En menos de una semana, Guadalcacín llevará a Jerez al Señor de la Entrega.
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