Un informe de la Fundación Foessa, con participación de la Facultad de Trabajo Social de Granada, ha revelado que la exclusión social en Andalucía ha aumentado más de un 36 %, lo que implica que algo más de 2,2 millones de personas -el 26,3 % de la población andaluza- sufría en el 2021 esta situación.
Según el estudio "Exclusión y desarrollo social en Andalucía. Resultados de la encuesta sobre integración y necesidades sociales 2021", presentado este viernes en la Universidad de Granada, la crisis derivada de la pandemia ha provocado un "shock sin precedentes" en la cohesión social, y las personas y familias más frágiles y desfavorecidas han sido los grandes damnificados.
El tsunami que ha supuesto la crisis, han informado los promotores del informe, se ha llevado por delante a un buen número de hogares que hasta entonces disfrutaban de una posición "privilegiada de integración plena".
De acuerdo a los datos hechos públicos, solo el 42 % de los hogares andaluces participan con normalidad en la sociedad frente al 49,3 % que lo hacía en el 2018.
De las 2,2 millones de personas de Andalucía en situación de exclusión social, la mitad se encuentra en una situación de exclusión "severa" y, de estas, casi 475.000 están en una situación aún más crítica, en la denominada "sociedad expulsada".
El informe revela, además, que la desigualdad y los niveles de pobreza monetaria son altos y persistentes para muchas familias en la comunidad, algo que determina no solo la exclusión, sino que además es fruto de la cronificación de la misma.
Una de las huellas más significativas de la pandemia ha sido la brecha digital, que afecta a tres de cada diez hogares andaluces y a casi la mitad de los hogares en situación de exclusión.
La falta de conocimiento y medios tecnológicos ha generado una brecha que afecta a casi la mitad de los hogares que están en situación de exclusión.
Este "apagón digital" conlleva pérdida de oportunidades laborales, formativas, de relaciones o de acceso a derechos como ayudas y prestaciones sociales y nuevamente afecta a quien más necesita de esas oportunidades.
El informe de la Fundación Foessa constata también que la brecha causada por la circunstancia de género, la de nacionalidad extranjera y la de edad, aunque en menor medida, se han hecho más profundas desde el inicio de la crisis.
La desventaja acumulada por razón de género permanece, de forma que la exclusión afecta al 37 % de los hogares cuya persona sustentadora principal es una mujer, frente al 22 % donde esa figura es un hombre.
Asimismo ser extranjero en Andalucía sigue suponiendo una causa que afecta significativamente a la situación de exclusión, y el 72 % de los hogares encabezados por una persona de origen extranjero se encuentran en situación de exclusión, lo que supone un porcentaje tres veces mayor que entre los hogares encabezados por alguien de nacionalidad española.
La edad configura la tercera brecha asentada en la sociedad, y uno de cada cuatro jóvenes menores de 30 años está afectado por procesos de exclusión social que les impide dibujar proyectos de vida para pasar a la vida adulta.
El estudio revela que la consecuencia más visible de esta crisis se ha concentrado en la actividad económica y el empleo, alcanzando a un mercado de trabajo con importantes tensiones que han derivado en la destrucción de trabajo y la paralización de dinámicas laborales.
Se ha producido un empeoramiento de las condiciones de trabajo que genera más trabajadores pobres y menos realizados personal y socialmente, de modo que la precariedad ha crecido con fuerza y alcanza a casi 320.000 hogares (9,8 %) que dependen económicamente de una persona que sufre inestabilidad laboral grave.
El informe es el resultado de una encuesta realizada a más de 600 familias andaluzas para mostrar una completa radiografía social de la comunidad y el impacto de la pandemia.
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