El teatro municipal Olivares Veas acogió la presentación del libro ‘Poemas 2020’, del escritor arcense Salvador Macías Valle y del gaditano Chencho Ríos, ambos afincados en Jerez. Se trata, según sus autores, de “un experimento poético” que tiene su fundamento en el mundo flamenco -Salvador Macías colabora con cantaores como Fernando de la Morena, José de los Camarones o Piconero de Arcos-. El poemario consta de sesenta y dos poemas por cada autor, dos prólogos -Gabriel Calderón Macías glosa la poesía de Salvador y Tomás Sánchez Rubio hace lo propio con los versos de Chencho-, siendo la portada y las ilustraciones del interior obra de Zocar (alter ego de Chencho Ríos).
En cuanto a la llamativa portada, su autor indica, enigmático: “Es la corona de Inglaterra. Que cada uno saque conclusiones”. En ‘Poemas 2020’ se reúnen dos concepciones poéticas antagónicas y situadas una frente a la otra -en las páginas pares Salvador, en las impares Chencho-, que comparten, eso sí, una intensa espiritualidad en sus creaciones; por un lado, la poesía de inspiración popular y vocación religiosa, transparente, de estructura sencilla y quejío flamenco, de la mano de Salvador Macías. Como ejemplo esta granaína titulada ‘Omega’: “En el fondo de un abismo,/ yo sé que mi alma está,/ repleta de soleá,/ el omega de mi mismo,/ que se muere por Graná”. Por otro, la poesía de Chencho Ríos, densa, plena de matices, de verso libre, con pinceladas surrealistas, siempre ligada a la estética cuántica, aquella que define la inspiración poética como “misterio más diferencia”: “Dos ceros, dos ceros,/ son huecos./ Ciertas cosas no encajan./ La nada se entrevé/ por el rabillo, se siente,/ ojos, ojos,/ de corazón y de espíritu,/ miran todo./ Adentrándose en el subconsciente,/ el loco reclama/el laberinto descifrado”. Según sus autores ‘Poemas 2020’ “puede que sea una de las escasas alegrías del -nefasto- año de mismo guarismo y nos traslada hacia esos mundos -íntimos, pero, al tiempo, permeables al nosotros, a lo común y compartido- a los que tan saludable y conveniente resulta acercarse estos días de incertidumbre”. En un tono claramente reflexivo, indican que “El mundo desaparecerá... No porque haya demasiados humanos, sino porque hay demasiados inhumanos”.
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