Patio de monipodio

La Trinidad, fábrica de vidrio

El cristal y el vidrio son, porque han sido, un tesoro de Sevilla, uno de esos tesoros que hacen universal a una ciudad. Sevillanos fueron los artesanos que...

Publicado: 09/03/2022 ·
09:15
· Actualizado: 09/03/2022 · 09:15
  • Fábrica de vidrios La Trinidad. -
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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El cristal y el vidrio son, porque han sido, un tesoro de Sevilla, uno de esos tesoros que hacen universal a una ciudad. Sevillanos fueron los artesanos que llevaron el cristal a Venecia y a Bohemia, tras de lo cual se extendió su fabricación por el mundo. Pero no sería Sevilla quien recogiera los laureles. El cristal se hizo  seña de identidad de estos dos enclaves europeos, centros de producción de la mejor calidad de cristal, la misma que aprendieron de aquellos artesanos sevillanos, parece que la ciudad perdió el norte al irse más al norte la fabricación de cristal soplado. Lo poco que después de esto ha habido en Andalucía y lo casi nada que subsiste en Jerez, han sido y son sucursales de la pujante industria vidriera francesa.

La industria, en Andalucía, viene siendo obra de iniciativas individuales, su desplome, ahí están Pickman, Hytasa, Abengoa y otros varios cientos, casi siempre son obras colectivas y a veces del contradictorio comportamiento de la colectividad pública. Colectivas son también, pero movidas por la fuerza voluntariosa de individualidades, comprometidas en la recuperación de nuestro Patrimonio, el que nos legaron nuestros mayores personificado en obras como la todavía sede de Abengoa, Hytasa, o la Fábrica de vidrio La Trinidad, conjunto arquitectónico e industrial ejemplo de la Sevilla activa y pujante de otro tiempo.

Personalidades independientes dotadas del don de la entrega a su ciudad, a su amor a la ciudad y a sus valores, grupos pequeños y hasta personas individuales, llegaron a salvar el puente de Triana, impidieron el aterramiento del meandro de San Jerónimo, luchan por la salvación de la arquitectura del 29 en La Palmera y en Nervión, están consiguiendo recuperar la Iglesia de San Pedro de Alcántara, como otros ya han conseguido salvar la Fábrica de Vidrios la Trinidad, equipamiento para el barrio, los barrios de la zona y para Sevilla y para evitar también su pérdida, la fabricación del vidrio y el cristal soplado en esta ciudad.

Es más que reconfortante ver como muchas de estas iniciativas son reconocidas, incluso por las autoridades, las mismas que inexplicablemente se muestran reacias a la conservación de nuestros tesoros urbanos y artísticos y harían falta muchos miles de premiados como los de la Macarena, entre ellos los autores del milagro de conservar la Fábrica de Vidrios La Trinidad con la Asociación AHRO al frente. Muchas más personas merecen el reconocimiento a su trabajo y esfuerzo en pro del Patrimonio sevillano, que para premiar a vendedores de discos ya están la lista Bilboard, la SGAE y otra docena de entidades y galardones.

Premiar no es sólo un reconocimiento, es también un acicate para que todos comprendan que el esfuerzo por la conservación de un Patrimonio valioso tiene una compensación, empezando por la propia satisfacción de disfrutar el resultado de un trabajo desinteresado, voluntario, merecedor de los aplausos que llenaron en el teatro de La Macarena el 28 de febrero pasado. Es resaltar la importancia de estas acciones populares y es un compromiso para que las autoridades, sean más receptivas y colaborativas con ellas.

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