Alcalá la Real

Mariqui Gutiérrez: una mujer que se adelantó a su tiempo

Entrevistamos a Mª Ángeles Gutiérrez López, la homenajeada este año dentro del espacio “Imprescindibles”, con motivo de los actos del Día de la Mujer

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  • Mariqui Gutiérrez, cuando tenía unos treinta años, en torno a 1960.

Su propia hija, Ángeles, la ha definido como una persona entusiasta, carismática, generosa, altruista, que pone el corazón en todo lo que hace, luchadora nata, esforzada, sencilla, brillante, eterna, trascendente a cualquier tiempo. Así es Mª Ángeles Gutiérrez López, o simplemente Mariqui, como es conocida por todos. Una persona que irradia luz, vida, alegría, fuerza y valentía. Este año será reconocida en el espacio “Imprescindibles”, dentro de los actos con motivo de la celebración del Día de la Mujer. Hoy conocemos un poco más de cerca su vida.

Mª Ángeles Gutiérrez fue una mujer adelantada a su tiempo en muchos sentidos, pese a los años difíciles en que le tocó vivir. Nace en los albores de la II República Española, en el inicio de la década de los treinta. ¿Qué orígenes familiares tiene y cuáles fueron sus estudios? Mis padres fueron Rosa López Nieto y Esteban Gutiérrez Romero. Ocupé el puesto veinte entre sus hijos, siendo la más pequeña, aunque solo quedamos siete. Mi padre, durante muchos años, fue alcalde de Alcalá, prestando su servicio a la ciudad. Recuerdo especialmente cómo custodió las Alhajas de la Virgen de las Mercedes, hasta que pasó la guerra y se pudieron reponer al lugar original y a la nueva escultura.

Mariqui Gutiérrez.


Su matrimonio con Marcelo marcaría su trayectoria vital en muchos sentidos. No fue una mujer más de su época, sino que se trabajó codo con codo con su marido, en un mundo que era totalmente de hombres. ¿Qué nos puedes contar de estos años en los que fue verdadera pionera? Que vendía motos, maquinaría agrícola y vehículos a la par de mi marido, siendo reconocida con dos medallas, una por la Casa de Mobylette y otra por la Casa Derbi en Barcelona, por ser la única vendedora de motos de la provincia de Jaén. Mi marido, en la última etapa, se dedicó a la construcción y tuve que encargarme de la atención del negocio yo sola.  Por tanto, tuve que profundizar en el estudio de todos los temas al respecto de la empresa, a la vez que  realizaba sin ayuda todas las tareas de mi casa, atendía  a mi marido  y  a mis hijos, a los que incluso les hacía la ropa,  porque era titulada en Corte y Confección desde muy joven. Con una furgoneta grande, a veces trasladaba a los empleados de Marcelo a las obras de construcción que estaba realizando.  Trabajaba mucho y dormía muy poco, pero con fuerza de voluntad, empeño e ilusión, lo hacía.

¿Qué anécdotas de esos años guardas con más cariño? La Recogida de la  Placa de la Casa Derbi en Barcelona, así como el disfrute de buenos viajes en esa época que nos costeaban las casas comerciales.

Mariqui Gutiérrez.

Era, sin duda, una mujer valiente y decidida, y según se dice, una de las primeras en sacarse el carnet de conducir en Alcalá.  Sola realizaba viajes a Granada para la adquisición de piezas, artículos, vehículos para el negocio, cuando las carreteras no eran lo que hoy en día, con el consiguiente peligro en todos los aspectos.

¿Qué decir de su faceta artística? ¿Cómo nace este amor de Mariqui por el arte en sus más variadas formas? La poesía me atraía desde muy niña y es en el Colegio de las Trinitarias donde empiezo a recitar los primeros poemas a la par de mi formación. También la pintura, la música, el baile, el canto… en los que lo de “ser artista“ no estaba bien visto o bien considerado en la mujer. A los 60 años cuando mi marido no me considera necesaria en el negocio y comienzo a disfrutar de mi libertad. Me saco el título del Graduado Escolar, participo en teatros y recito; escribo poesía y recito a dúo con mi gran amigo Juan Grande, de tipo benéfico. Después me inicio en la pintura con Antonio Campaña y a la vez sigo con las actividades de colaboración de la Virgen de las Mercedes y desde hace 28 años continúo vistiendo a los Palomos de la Candelaria, ofrendándoselos a la Virgen; muy llamativo  por la singularidad, originalidad y belleza que conlleva.

Su vitalidad queda plasmada en hechos como el haber ganado competiciones de natación ya a una edad bastante avanzada, ¿su competitividad deportiva es otro de sus lados más sorprendentes? Con 60 años me puse a nadar y me dieron el Premio de una Placa de Plata.

Si tuviera que resumir en pocas líneas lo que ha sido Mariqui en esta dilatada vida que se acerca ya al siglo, ¿qué nos diría? Dos ideas. En mi mente las palabras de mi madre: ”Haz bien y no mires a quién”. He hecho bien a todos: mi marido, mis hijos, en el negocio… Y en segundo lugar, nunca hay que perder la ilusión, el optimismo y nunca es tarde para las aficiones que uno tiene.

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