Reconoce que pasó miedo y que hasta que meses después de salir del hospital le dijeron que estaba de anticuerpos "hasta arriba" no se vio totalmente curado. Miguel Ángel Benítez, el paciente cero de covid en España confiesa a EFE que nunca pensó que la pandemia matara a tanta gente.
Hace dos años, el 26 de febrero de 2020, la Consejería de Salud y Familias confirmó el primer caso de coronavirus detectado en Andalucía en un paciente ingresado en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Se trataba del primer infectado por transmisión comunitaria en España, el primer contagiado no procedente de los lugares donde la enfermedad empezaba a crecer.
Benítez, que en entonces tenía 62 años, evoca en una entrevista con la Agencia EFE cómo fueron esos momentos iniciales. "Al principio lo pasé tan mal que temía una recaída", dice el hoy empleado de banca jubilado, quien recuerda con cierto resquemor la estupefacción que sintió cuando le confirmaron que estaba infectado por coronavirus.
Tras estar tres días con una fiebre muy alta el médico le dijo que veían una "cosa muy fea" en los pulmones y todo apuntaba a una neumonía. Ingresó en el hospital, tras dos noches en observación donde lo pasó "muy mal", lleno de dudas y de preguntas sobre qué le podría estar ocurriendo.
Una vez que subió a planta se tranquilizó porque al menos estuvo "cómodo" y, aunque seguía sin saber lo que tenía, el hecho de que estuviera aislado le hacía sospechar que algo ocurría. Y un día se convirtió en el paciente cero, cuando la pandemia no era aún pandemia y cuando las muestras se llevaban al Hospital Carlos III de Madrid.
"Cuando di positivo me quedé helado", señala Miguel Ángel, quien a partir de entonces empezó a pensar cómo se había contagiado. Recuerda con cierto enfado que desde la Consejería de Salud se dijera que pudo haberlo hecho tras una juerga flamenca en Málaga en la que participaron ciudadanos chinos.
Sin embargo, todo fue más sencillo y menos exótico: Miguel Ángel mantuvo una reunión de trabajo en Málaga con un compañero que al parecer estuvo contacto con una familia de China y probablemente ahí empezó todo. Nuestro protagonista se contagió y estuvo conviviendo enfermo varios días con su familia con el consiguiente riesgo para ella.
La confirmación de su positivo hizo que Salud mandara a su casa a 69 sanitarios que habían tenido contacto con él -dos dieron positivo-, al mismo tiempo que se hizo una investigación de sus compañeros de trabajo y, por supuesto, a su familia, su "gran preocupación", porque desde que comenzó con fiebre hasta que dio positivo habían pasado cinco días.
Miguel Ángel Benítez es una persona agradecida y destaca el "trato excepcional" que recibió de los profesionales sanitarios que le atendieron porque lo pasó "realmente mal" y ellos hicieron que su estancia fuera la "mejor que se podía tener" en esas circunstancias. Tras el infructuoso resultado del tratamiento previo había que actuar contra el covid.
"Cuando me dijeron que tenía covid me alivié porque dije: al menos ya sé lo que tengo", señala Benítez, quien además cuenta que el médico le comentó que no se preocupara "porque él era el primero que no estaba preocupado. Y esto me dio mucha tranquilidad".
Autorizó a los médicos a que le aplicaran un tratamiento experimental, que no era otro que un antiviral que se utiliza para pacientes de VIH, una pastilla cada ocho horas y una inyección cada 48 horas.
La inyección "era una bomba y me subía la fiebre a 39 grados", según Miguel Ángel Benítez, quien recuerda que una vez que dio negativo en dos pruebas consecutivas que le realizaron se marchó a casa con una única consigna: estar encerrado en una habitación como precaución.
"Salí un domingo y al viernes siguiente nos confinaron a todos los españoles", cuenta con resignación el paciente cero, una persona que a partir de esa fecha se convirtió en uno más de los millones de españoles que sufrieron el confinamiento por la pandemia, y su única preocupación era "no tener una recaída".
Miguel Ángel Benítez tiene puestas dos vacunas -la que le correspondía en segundo lugar no se la pusieron porque ya había pasado el covid y no le hizo falta- y durante estos dos años ha seguido todo lo ocurrido con la en España y en el mundo pero nunca se imaginó que "esto llegara a tanto".
"Hemos llegado a tener hasta mil muertos diarios", recuerda Benítez, quien pese a las tragedias que ha provocado esta enfermedad destaca que en España haya un sistema sanitario "que es un lujo" porque se lo demostraron a él y lo ha demostrado "pese a todo lo que ha caído" durante estos dos años.
Quiere creer que "esto se acaba y que la enfermedad va de paso", pero recomienda seguir siendo "prudentes" porque se trata de algo "que mata, y así lo ha demostrado" con miles de personas, algo que nunca se imaginó cuando se convirtió en el primer eslabón de una pandemia que ha cambiado nuestra vida.
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