El jurado popular ha declarado por unanimidad culpable a M. C., de 56 años, acusado de matar a martillazos a su mujer Eugenia, de 53, mientras dormía en la vivienda de la calle Justicia en septiembre de 2020, según han confirmado fuentes del caso a Viva Jerez.
Veinticuatro horas después de recibir el objeto del veredicto por parte de la presidenta del tribunal, el portavoz del jurado comunicaba su decisión después de juzgar desde el pasado lunes, en sesiones de mañana y tarde, el crimen de la calle Justicia en la sección octava de la Audiencia Provincial, con sede en la avenida Álvaro Domecq.
Ahora la sentencia dictaminará el delito y la pena que deberá cumplir el acusado. En este sentido, el Ministerio Fiscal, la única acusación que se ha personado en el caso, solicita para M.C, prisión permanente revisable como presunto autor de un delito de asesinato en el que concurriría la agravante de parentesco y la atenuante de confesión.
De ser condenado a prisión permanente, sería el primer caso en Jerez al que se aplicara la máxima pena privativa de libertad que regula actualmente el código penal en nuestro país tras su aprobación en 2015. La Fiscalía pide además que M. C. indemnice a cada uno de sus once hijos con 25.000 euros.
Para la acusación pública no hay ninguna duda de que el acusado “mató a su mujer porque estaba cansado de cuidarla” y de que cuando lo hizo no tenía sus facultades mentales alteradas. Actuó “queriéndolo hacer”, indicó la fiscal durante la vista.
El Ministerio Fiscal mantiene que los hechos ocurrieron entre las 6.30 y las 7.00 horas del 10 de septiembre de 2020, tal y como recoge en su escrito, cuando la mujer se encontraba acostada en la cama de matrimonio, tumbada sobre su lado derecho y de cara a la pared. “Estaba dormida o semidormida”, concreta la acusación pública.
En esa situación “y con la clara intención de causarle la muerte a su mujer, el acusado se acercó a ella desde atrás con un martillo de obra de doble cabezal con el que propinó al menos seis golpes en la parte izquierda y posterior de la cabeza”. Fallecía a los pocos minutos debido a los golpes de la machota que estos días han mostrado en la sala. La fallecida tenía problemas de movidad derivados de un ictus y y una grave lesión cardíaca de la que había sido intervenida. Unos problemas de salud por los que el matrimonio, de nacionalidad extranjera, decidió venirse a España, fijando su domicilio en Jerez en 2013. Los dos se ganaban la vida pidiendo limosna en la puerta de las iglesias y recogiendo chatarra. En este sentido, la abogada que ha ejercido la defensa, Yolanda Morales, ha destacado la "desesperada" y "lamentable" situación económica del matrimonio, que debía muchos meses de alquiler, y llegó a quedarse sin agua durante la pandemia, la cual vino a agravar todavía más su situación al no poder salir a la calle.
Por su parte, l Considera, además, que en la vista ha quedado acreditado que el caso no es de violencia de género.
Pese a que el día de los hechos llegó a confesar su autoría a la Policía Nacional, (mediante gestos puesto que no habla español), durante la vista el procesado no ha querido ahondar en ese 10 de septiembre de 2020 en el que acabó con la vida de su mujer.
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