Hacer pan saludable está moda, pero además de ser sano para los clientes es un buen negocio. Jerez cuenta desde finales de año con un obrador de estas características por el que no deja de desfilar público.
Después de las experiencias exitosas de Artesa, en Arcos; la Cremita, en Chiclana, o el Horno Vélez, en Lebrija, Jerez pedía un obrador de pan artesano donde se elabore pan artesanal.
Ha sido posible gracias a un emprendedor reconocido, pero sin experiencia en el sector. Guillermo Oliva, propietario de Grúas Oliva, ha visto clara la apuesta y con el asesoramiento de uno de los panaderos más influyentes, el almeriense Alejandro Sánchez, se ha embarcado en un proyecto que nada más abrir sus puertas se ha convertido en toda una revelación.
A las cuatro y media de la madrugada comienzan cada día a elaborar pan y la tienda no deja de despachar hasta las ocho de la tarde. El secreto, maquinaria de última generación y harinas ecológicas.
El proyecto se complementará en marzo con un nuevo espacio dedicado a celíacos y más adelante abrirá sus puertas una cafetería que también piensa dar que hablar.
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