Sanlúcar de Barrameda lidera a nivel europeo la producción de boniato, un tubérculo que en las Arenas Finas de los campos de La Algaida ha encontrado un buen sustento donde producir una campaña de calidad y que se viene prolongando desde el mes de agosto hasta marzo, aproximadamente. La calidad del producto ha provocado que desde hace una década se haya incrementado su producción en la localidad, generando un gran volumen de actividad económica, alcanzando casi las 37 mil toneladas y el medio millar de empleos directos generados.
Tras un año marcado, sobre todo, por la competencia de países como Egipto o Sudáfrica, las cooperativas ubicadas en La Algaida hacen balance de la producción que los mantiene como principales exportadores de boniato en Europa.
Este año la campaña “se ha adelantado unas semanas al no haber llovido”, explica el presidente de frusana, Juan Manuel Rodríguez, por lo que la recolección finalizó en el mes de noviembre. Desde Sanlúcar se exporta tanto el boniato fresco, que es más delicado por su conservación - ya que la piel puede dañarse y el producto aguanta menos - como el que tratan en las cooperativas en un secadero que hace que la piel se endurezca y el boniato pueda lavarse y aguante prácticamente hasta el mes de marzo. La producción ha alcanzado las casi 37 toneladas sumando las 24 mil toneladas de Frusana, las 7 mil toneladas de la cooperativa Virgen del Rocío - que este año ha sembrado algo menos - y las 3.500 del Mercado Montilla.
La otra consecuencia positiva de esta abundante campaña, que se mantiene en cifras similares a la del pasado año, es la creación de empleo. Además del empleo directo que se genera en los campos de cultivo para la siembra y recogida del tubérculo, las cooperativas se ven obligados a aumentar sus líneas de producción con más personal. En conjunto, alrededor de medio millar de empleos generados para la campaña del boniato de este año, que incrementan las plantillas de las cooperativas de la Colonia, que tienen una media de entorno a 500 personas en los picos más altos de las distintas cosechas que llevan a cabo en Virgen del Rocío, Frusana y Mercado Montilla, quienes cuentan con el sello de calidad de las Arenas Finas y ahora pelean por conseguir también la protección para la Patata de Sanlúcar.
La producción del boniato ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década debido a la fuerte demanda del mercado. En los campos de la Colonia de Monte Algaida, la zona agrícola de Sanlúcar donde la peculiaridad de las tierras de cultivo, arena fina, prácticamente de playa, hace que se generen varias cosechas al año, la producción de este tubérculo está suponiendo todo un reto y un estímulo para los agricultores. Hace 10 años, la producción de boniatos en Sanlúcar en una de las cooperativas, existentes en La Algaida era de 5.000 toneladas. En 2018, la campaña se cerró con 23.000.000 kilos y este año casi ha conseguido duplicar esas cifras. Sin embargo, el problema se centra ahora en la falta de rentabilidad. “Los precios están muy por debajo de lo que necesitan los agricultores; desde hace 7 u 8 años, los mercados están muy complicados”, señala Rodríguez.
El destino, Europa
La mayoría de la cosecha de boniato que se produce en Sanlúcar va destinada al mercado europeo. El principal comprador de este producto es Alemania, Francia, Bélgica, seguido de Holanda, Inglaterra y los países de Europa del Este. En España, el consumo es aún muy escaso pero comienza a crecer la demanda de este considerado como ‘súper alimento’. De hecho, desde Frusana exportan este tubérculo para un gran supermercado del país, por lo que se aseguran que el boniato de Sanlúcar está en los lineales de los supermercados de España.
De cara a la próxima campaña, en Mercado Montilla apuestan por aumentar aún más la producción “un 15 o 20 por ciento”, según señala la gerente de la entidad, Genoveva Buzón, lo que afianzaría el liderazgo de Sanlúcar en producción.
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