El Departamento de Estado de Estados Unidos ordenó este lunes a los familiares de sus empleados en la embajada de Bielorrusia que abandonen el país ante "la preocupante y poco habitual concentración de fuerzas militares rusas en la frontera con Ucrania".
El Gobierno estadounidense también recomendó a sus ciudadanos que no viajen a Bielorrusia, uno de los principales aliados de Rusia en la región.
"Los ciudadanos de EE.UU. que se encuentren o estén considerando viajar a Bielorrusia deben saber que la situación es impredecible y que en la región se vive una tensión muy alta", indicó el Departamento de Estado en su página web.
En los últimos días, Rusia ha insistido en que no tiene intención de invadir Ucrania, aunque continúa realizando maniobras en la frontera y en Bielorrusia con la participación de decenas de miles de soldados, al tiempo que acusa a Occidente de instigar los ánimos militaristas con los suministros de armamento.
El Gobierno de Estados Unidos recibió una respuesta por escrito a la carta que envió la semana pasada a Moscú para tratar la situación en Ucrania, informó este lunes a Efe un portavoz del Departamento de Estado estadounidense.
"Podemos confirmar que recibimos una respuesta por escrito por parte de Rusia. Sería improductivo negociar en público, así que lo dejaremos en manos de Rusia si quieren hablar más sobre su respuesta", indicó la fuente, que pidió el anonimato.
El portavoz, que no reveló el contenido de la misiva, agregó que EE.UU. sigue "plenamente" comprometido con el diálogo para solucionar estos problemas, al tiempo que seguirá consultando de cerca con sus aliados y socios, incluyendo Ucrania.
La semana pasada, Washington y la OTAN contestaron por escrito a las demandas de garantías de seguridad por parte de Rusia para rebajar la tensión sobre Ucrania en unas respuestas que Moscú calificó de "bastante confusas".
Las garantías de seguridad exigidas por Rusia incluyen poner freno a una mayor expansión de la OTAN, en particular a Ucrania y Georgia, el cese de toda cooperación militar con las antiguas repúblicas soviéticas y la retirada de las tropas y armamento de la Alianza a las posiciones que ocupaban antes de 1997.
Mañana, martes, el secretario de Estado, Antony Blinken, tiene programado conversar por teléfono con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en medio de la tensión por la concentración de soldados rusos -unos 100.000- cerca de la frontera con Ucrania.
La Casa Blanca cree que hay una "clara posibilidad" de que Rusia invada Ucrania en febrero, aunque el Gobierno ucraniano ha quitado hierro a esa advertencia y ha insistido en que no ve un agravamiento de la situación mayor de los que se han visto con anterioridad.
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