Almuñécar

Un almuñequero, campeón del Mundo de Kenpo. Antonio Estepa Moreno.

Tienes que sacrificar cosas, sobre todo el tiempo. Si quieres competir al máximo nivel. Compito con chavales y sin embargo tengo la edad de sus padres.

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Escuela Muncipal de Kenpo de Almuñécar

Antonio Estepa Moreno es cinturón negro IV dan y en su palmarés cuenta con haber sido 15 veces campeón de Andalucía, 12 veces campeón de España y 2 veces campeón Ibérico. Destaca que en 2019 se proclamó campeón de Europa y en el campeonato mundial celebrado el pasado mes de octubre en Turquia ha sido campeón del mundo en la modalidad de semikenpo máster menos de 80kg. Subcampeón en combate fullkenpo y bronce en kobudo sénior máster.
Antonio se autodefine como un chaval de aquí del pueblo. Una persona normal que tiene una afición, las artes marciales, el Kenpo.
Lleva toda su vida practicándolo, desde que en 1986 tenía 6 años y entró en la escuela municipal de kenpo de la mano de Miguel Rivas, de quien dice es, después de su familia, la persona más importante de su vida. Siempre recuerda los valores que le ha inculcado, empezando por el respeto al deporte y a sus adversarios, la humildad y el trabajo. Antonio reconoce que va retirarse de la competición y el colofón a su carrera competitiva es finalizarla siendo campeón del mundo de kenpo. Ahora se centrará en enseñar a nuevos kenpocas desde su escuela, ya que desde hace ocho años es el sensei del Club Deportivo Kenpo Motril.

Miguel Rivas, después de mi familia, es la persona más importante de mi vida. Siempre recuerdo los valores que me ha inculcado.

¿Cómo ha llegado a conseguir ser Campeón del Mundo en varias ocasiones? ¿A quién le gustaría mencionar en este gran mérito?
Bueno pues llegar a ser campeón del mundo se hace con trabajo y constancia, no se hace de otra manera. Lo principal es que te tiene que gustar lo que haces y entusiasmarte. El Kenpo llevo haciéndolo toda mi vida y me gusta, todo lo que gusta al final le sacas su provecho. 
La persona que se lo dedicó es a mi maestro, que es la persona que ha hecho que a mí me guste tanto y que ame tanto este deporte, Miguel Rivas.

¿Cómo ha compaginado el trabajo y el entrenamiento? ¿Qué horario ha tenido?
Pues los horarios son complicados, los horarios es coger el tiempo libre que tienes, al final quien lo sufre es tu familia porque llegas de trabajar y el rato libre que tienes entre trabajar y dar las clases te metes y entrenas, luego cuando estás en las clases los ratos que tienes libres, aprovechas y entrenas, si metes una clase, por ejemplo, de físico pues la haces con ellos, no te quedas solamente corrigiéndolos, luego entrenas los días que tienes libres, aprovechas el fin de semana, sábados y, domingos.
Yo doy clases lunes, miércoles y viernes. Los martes y los jueves me los dedico solamente a mí y sigo entrenando hasta que digo, no puedo tirar más de mi cuerpo hoy… y así, al final, de verdad que quien más lo siente es la familia, porque es a quien más le quitas todo el tiempo para poder entrenar.

¿Qué pensó su familia sobre su vuelta hace unos años al tatami como competidor? ¿Qué es lo que piensan ahora?
Siempre me apoyan y más por los motivos que fueron, porque yo tuve mi época de competición hace un montón de años y al final pues decidí dejarlo por diferentes motivos. Llevaba muchos años compitiendo y empezó a dejar de llamarme la atención. Preferí ayudar en otros ámbitos, de arbitraje, a entrenar a niños, etc, y al principio la familia se lo tomaron a coña, “sí sí vas a volver…”, pero al final se dieron cuenta de que sí iba a competir. 

¿Por qué el Kenpo y no otro deporte más conocido?
La verdad es que yo al principio no sabía ni lo que era, yo empecé porque una prima mía estaba en kenpo y mi madre quería que me apuntara a hacer algún deporte y me apunte.
En aquella época era sota, caballo y rey, de hecho teníamos futbito, sevillanas o kenpo. Yo me fui con mi prima que me dijo: “oye que me he apuntado a Kenpo” y me fui con ella.
Cuando llegue el primer día a la casa de Miguel Rivas, estaban los niños corriendo, yo me quité las zapatillas, me colé dentro y empecé a correr con los demás, sin saber lo que era. 

¿Ha tenido alguna alimentación especial debido al deporte que practica?
Siempre. Sabes que cuando estás compitiendo tienes que buscarte tu categoría y tener mucho cuidado con lo que comes, porque no te puedes pasar. Hay que llevar una alimentación variada porque si no, el rendimiento no es lo mismo, sobre todo cuando vas cogiendo años.
Tienes que conocer tu cuerpo y cuando decides tu categoría, en mi caso de menos de 80 kg hay que hacer dieta de comida sana. Comer un poquito de todo y poco más, evitar la carne y comer mucha verduras, pero tampoco una cosa que sea una dieta preparada. En casa normalmente solemos comer bien y variado.

¿En qué tipo de competiciones has participado?
Desde competiciones locales donde antes solamente íbamos la gente de aquí de Almuñécar, porque antes estaban lo que se llama las escuelas municipales. Miguel Rivas mandaba a un monitor a cada colegio y luego hacía una serie de campeonatos. Ahí empecé, y desde campeonatos de estos de locales, hasta que legan el regional, el nacional, el campeonato de Europa y el campeonato del mundo.

¿Cómo considera que han sido sus resultados a lo largo de su carrera?
Siempre he estado en lo más alto, yo en la primera fase de mi etapa como competidor gané creo que fueron 12 campeonatos de España seguidos y 15 campeonatos de Andalucía. Antes no había tantos campeonatos. Las poquitas veces que he salido con la selección Española también estuve a buen nivel. 
En el primer campeonato quedamos primeros, era un campeonato de combate por equipos y ganó la selección Española también, que se hizo en el Martín Carpena de Málaga, que se hizo la primera vez, luego si hemos salido a distintos sitios a competir. De hecho tú también has estado, Portugal y diferentes sitios… hombre la verdad que es muy diferente a esta segunda fase que ya con la selección Española, ya esto sí es una selección Española de verdad, dónde estás bajo el amparo del Consejo Superior de Deportes, la Federación es la que te lleva y se ocupa de todo.

¿Tiene alguna anécdota que haya marcado su carrera de deportista? 
Vivencias todas las del mundo, porque por el Kenpo ha pasado tantísima gente, que tengo un sinfín de amigos e historias. 
En la que mejor me lo pasé fue en un campeonato de Andalucía en Algeciras, Antonio Martín era mi compañero de habitación e imitaba perfectamente el balido de una cabra. Sería por el año 94 o 95. Entonces teníamos la coña de que íbamos en todo el viaje haciendo el sonido de una cabra y al llegar al hotel  subió el conserje a buscar la cabra en la habitación, porque se creía que de verdad habíamos metido una cabra. Si viera la gente buscando la cabra por el hotel (risas).
Al final, tanto a nivel de clubes, como cuando he ido con la selección, lo que te llevas son las experiencias con la gente, conoces gente que ni te imaginas, y todo el mundo te aporta y también tu aportas a ellos. Al final es con lo que te quedas, las vivencias que tienes con la gente, más que con las medallas y el campeonato en sí. 

¿Consideras que ha tenido que sacrificar cosas para poder realizar el deporte que le gusta?
Tienes que sacrificar cosas, sobre todo el tiempo. Si quieres competir al máximo nivel. Compito con chavales y sin embargo tengo la edad de sus padres. Para estar en igualdad de condiciones, si ellos entrenan una hora yo tengo que entrenar dos para alcanzar su forma física.
Además del tiempo, si tienes como yo familia con hijos y te dicen “papá que vamos a tal sitio”, se te parte el alma cuando le tienes que decir que tienes que entrenar y no puedes ir con ellos.

¿Qué cosas buenas y malas le ha traído el Kenpo?
La competición te da cosas muy buenas, pero también es donde ves cosas malas. El kenpo tiene una parte de deporte de combate, sales a un tatami y sales a “pegarte” con otra persona.
He visto a algunos entrar con maldad, entrar creyéndose que son los dioses, sin importar la persona que tienen delante. Cuando compites con una persona así al final lo pasas hasta mal, porque cuando compites, hay gente que sólo le importan ellos y les dan igual los demás. Esa es la parte más fea que yo he visto. 

Has paseado el nombre de Almuñécar por todo el mundo ¿qué significa para ti?
Siempre que sales y llevas el nombre de tu pueblo para ti es un orgullo, porque yo sobretodo estoy súper orgulloso de ser de aquí, y siempre que vas intentas llevar el nombre de tu pueblo, entonces sobre todo es orgullo de poder representar a tu pueblo.

Escuela Muncipal de Kenpo de Almuñécar

¿Es cierto que llega el momento de su retirada final?
Mira esta segunda fase, no pasaba por mi cabeza el volver a competir, porque te acomodas a dar clase y se te olvida competir.
Por desgracia falleció una amiga y me dije, se lo voy a dedicar a sus hijos.
Parece una tontería, pero ni siquiera competía y me propuse darle una medalla de un mundial a sus hijos. Por eso empecé a competir otra vez, creo que ya lo he hecho y he estirado un pelín más de lo que necesitaba, y ya también por gusto porque le voy cogiendo el gustillo a competir.

Pero yo decidí dar clases y tienes a tus niños y hay que estar pendiente de ellos. No puedo estar con los niños tirados por los tatamis.
Los niños quieren que estés con ellos porque eres el que más los conoce y si estoy preparando una competición los desatiendes.
Creo que ha llegado la hora de estar siempre con los niños, enseñándoles y será grato para mí disfrutar que cualquier medalla que puedan ganar.

¿Qué le diría o recomendaría a un alumno/a suyo para llegar a conseguir todo lo que has conseguido?
Simplemente que disfrute, si tú disfrutas de lo que haces no te cuesta entrenar, no te cuesta echarle las horas que le tengas que echar, no te cuesta trabajo sacrificarte. Eso se hace porque las cosas te gustan, si no te gusta te da lo mismo que haya un campeonato dos o tres, y para llegar lejos te tiene que gustar muchísimo lo que haces.

¿Recomendaría este deporte?
Por supuesto. A la gente cuando hablas las artes marciales, piensa en la violencia de una pelea… y es todo lo contrario.
Lo primero que aprendes en kenpo es respeto. Respetar a tus compañeros, Aumentas tu autoestima, porque cuando te conoces y sabes lo que eres capaz de hacer y lo que haces, al final lo que ganas es autoestima.
Una de mis alumnas entró para aprender a defenderse porque le hacían bullying en el cole. Esta chica, de llegar con problemas y sin confianza en ella misma, se ha convertido una mujer súper segura, consigue lo que quiere y ahora es campeona del mundo. Ella solamente es un ejemplo de veinte mil personas que han pasado por esto, al final es coger confianza en ti mismo. Creo que la mayoría de las personas no tiene o tiene un concepto de las artes marciales equivocadas, esto no va de de coger y hincharte a palos con el otro, sino de inculcar valores como el respeto. Lo que tú enseñas a un niño cuando entra es a saludar y a ser humilde.

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