Adiós al año de la frustración. Quisimos acabar con la pandemia, y por momentos pensamos que el fin era una realidad, pero no hemos podido con la nueva variante. En Navidad de 2020 estábamos jodidos, pero lo asumimos. Cuando encaramos la de 2021 éramos felices por la vuelta a la normalidad pero una letra del alfabeto griego nos ha dado un guantazo sin mano.
Menudo añito. Arrancamos, el 6 de enero, con el asalto al Capitolio de EEUU y acabamos con la extinción de un volcán en la Palma. En medio, la constatación de lo obvio: el cambio climático es un hecho contra el que la Humanidad no sabe, no quiere o no puede combatir. Sus efectos son cada vez más evidentes, también en Andalucía.
Antes de comenzar 2021 dijimos de no repetir errores previos a la pandemia pero a fe que los reiteramos. Vimos que no hay dos sin tres… vacunas y que hay quienes no quieren ponerse el antídoto.
Constatamos que los movimientos migratorios fomentados por los Estados se llaman guerra híbrida de la que también forman parte otros ejércitos denominados desinformación y ataques cibernéticos.
En Andalucía, ha sido el año del adiós de Susana Díaz al Parlamento andaluz, del adiós de Juan Espadas a la Alcaldía de Sevilla y su bienvenida, vía primarias, a la secretaría general del PSOE andaluz. Ha sido el año del hola a Macarena Olona, la más que probable candidata de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía. Juan Marín superó el órdago de las primarias y Juanma Moreno mantiene una inalterable imagen de moderación que, según los sondeos, le está dando sus frutos.
Ha sido el año también de la ruptura en la izquierda andaluza, léase entre Unidas Podemos y Adelante Andalucía, y la creación de la confluencia Andaluces Levantaos. Vamos, un batiburrillo difícil de resumir que fragmenta el voto de la izquierda para las andaluzas. ¡Cómo no! Ha sido el año en el que hemos visto el regreso de los turistas a los monumentos de Andalucía, ayudando a una recuperación económica acosada por el incremento de precios.
En definitiva, un año para olvidar o quizás para recordar. La revista Time declaró 2020 como el peor año de la historia. 2021 ha dibujado un gesto de esperanza que en 2022 será, seguro, una sonrisa de ilusión.
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