Los vecinos de Torremolinos ya están hartos. Han perdido toda la esperanza y dan por perdidas las obras de la estación de tren de Torremolinos, que dotaría al lugar, entre otras cosas, del ansiado ascensor que necesitan los vecinos con problemas de movilidad para poder hacer uso de las instalaciones, algo que durante doce años ha sido imposible.
La escalera mecánica, de un solo sentido y a menudo averiada, no ayuda a aliviar la situación, convirtiendo el viaje en tren en un suplicio para personas con discapacidad, familias con carritos de bebé y viajeros con maletas.
El Ayuntamiento de Torremolinos asegura que la situación se subsanará pronto, algo que los vecinos han dejado de creer después de doce años sin avances y promesas vacías.
Las obras, adjudicadas a la empresa Vías y Construcciones S.A., debieron comenzar en junio de 2019 y terminar, 18 meses más tarde, en diciembre de 2020. A finales de 2021, las obras se encuentran paradas y no parece que la situación vaya a cambiar.
El Ayuntamiento culpa a Renfe. Renfe culpa a la energética. Y mientras, los vecinos tienen una estación de tren completamente inútil e inaccesible.
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