Ezequiel León Guerrero es uno de los mejores jinetes de nuestro país y así lo demuestra su extenso palmarés. A lo largo de sus más de 25 años de carrera profesional, ha sido campeón del mundo en SICAB y alta escuela, campeón andaluz y nacional en equitación de trabajo (formando parte del equipo de la Federación de Andalucía de esta disciplina) y campeón de España en alta escuela. A todo hay que sumar una larga lista de subcampeonatos, terceros puestos, accésit y reconocimientos especiales.
León también es juez oficial y ha recorrido toda España y media Europa realizando espectáculos ecuestres. Su último trabajo destacado ha sido como formador y profesor de equitación para el Ministerio de Interior del Reino de Bahréin. En este país del golfo Pérsico ha entrenado a la policía nacional y ha sido el encargado de dirigir la escuela estatal de equitación. Ahora regresa a su ciudad natal para cumplir un nuevo sueño: crear su propia escuela de equitación en Ronda.
¿Cómo estás?
Ilusionado. Muy ilusionado con este nuevo proyecto.
¿Imaginabas llegar tan lejos?
En absoluto. Yo comencé en esto como una afición porque mi abuelo compró un caballo para toda la familia cuando yo era pequeño. Sin embargo, de todos los hijos y nietos, yo era el que más ganas tenía siempre de montar así que mi padre compró otro. Cuando me hice más mayor sentí la necesidad de formarme. Al principio montaba con los jinetes que teníamos aquí, con los que aprendí todo lo que pude. Después me fui fuera, empecé a moverme y me hice juez de doma clásica y vaquera, y me saqué un título de gestión de instalaciones ecuestres. En fin, que acabé formándome no sólo como jinete sino como docente.
Entonces has tenido siempre claro que tu carrera profesional tenía que estar ligada al mundo del caballo.
Sí. Además, los que nos dedicamos a esto lo consideramos una pasión porque si no es imposible llevarlo. Es un trabajo al que le dedicas las 24 horas del día, sin descanso. De lunes a jueves estás entrenando y los fines de semana estás fuera, bien compitiendo, en algún espectáculo o ejerciendo de juez.
De todo lo que has vivido hasta la fecha, ¿con qué momento te quedas?
Si te digo la verdad, Ronda Romántica. Mira que he estado en muchos lugares de todo el mundo, pero esta fiesta es especial porque es nuestra. Me llena mucho más un espectáculo en casa, con mi gente, que en una gran pista con luces y pirotecnia.
¿Y si tuvieras que elegir una disciplina?
La doma vaquera. De hecho, creo que soy jinete por eso. Es verdad que estas técnicas también las utilizo en doma clásica, por ejemplo, o en alta escuela. También me gusta mucho la equitación de trabajo. Soy el primer campeón de Andalucía.
¿Y prefieres competir o realizar un espectáculo?
Son diferentes, aunque reconozco que los espectáculos los disfruto muchísimo porque estás más relajado. No tienes la misma tensión porque, en realidad, aplicas toda la parte técnica, pero sabiendo que no te van a juzgar igual. Además, el público y la música hacen que te sientas más libre en todos los aspectos. Ten en cuenta que el 95%del público que acude a este tipo de espectáculos no entiende de caballos. Acuden porque es muy atractivo visualmente y le puede gustar a cualquier persona. Por supuesto alguno habrá que sí tenga más conocimientos.
¿Sigue siendo la equitación un deporte minoritario?
Yo creo que hay más aficionados de los que pensamos. Es cierto que hay mucha gente que le gusta el caballo para pasear. Pero, para eso, necesitas un control del animal. Así que esas personas comienzan a recibir clases y, poco a poco, se les va despertando el gusanillo. Aquí, en Ronda, sin ir más lejos, tenemos muy buenos jinetes. Por desgracia estamos fuera. Pero hay mucha calidad en Ronda.
Pero es un deporte muy caro.
Hombre, mantener un caballo tiene un coste elevado. Ten en cuenta que todos los que nos dedicamos a esto cuidamos a los animales como si fuesen personas, y eso supone en torno a unos 200 euros mínimos al mes por caballo. Añádele, por supuesto, que tienen que estar en un espacio adecuado, materiales, fichas, etc. También considero que si no fuera por la equitación, ¿quién tendría caballos hoy en día?
¿Cuántos caballos has tenido?
En propiedad, no tantos. Ahora, quizás, es el momento en el que más animales tengo, pensando en la nueva escuela. Son nueve o diez.
¿Y de todos los que has montado, cuál te ha dejado huella?
Es complicado responder a esa pregunta porque con todos he vivido momentos maravillosos. El primero siempre es especial. Se llamaba Generoso. Pero con la que más méritos deportivos he conseguido ha sido con Angarilla, una yegua nacida en Ronda que compré cuando tenía seis mesecitos y la he vendido con 14 años a una mujer que quiere competir con ella. Ha sido campeona de todo al más alto nivel, en los espectáculos hacía de todo... Era increíble. Hispano, que también nació en Ronda. O Espigón, que también ha recorrido muchos kilómetros y ahora está haciendo un muy buen trabajo como semental porque ha tenido hijos que ahora son también campeones de SICAB.
Hablas de ellos con muchísimo cariño, como si fuesen parte de la familia.
Es que lo son. El vínculo que se crea entre el jinete y el animal es muy difícil de explicar porque son muchos días, muchas horas de entrenamiento y muchos momentos compartidos.
¿Y por qué decides que ahora es el momento de volver?
Yo tenía claro que cuando me retirara de la alta competición regresaría a mi ciudad. Eso siempre lo tuve muy claro. El momento concreto, quizás no tanto. Mi mujer, Mari Carmen Mateos, es amazona. Siempre me ha apoyado y ha entendido que debía pasar mucho tiempo fuera de casa. Pero tengo una hija, Lola, que acaba de cumplir seis años. Cuando era más pequeñita no se enteraba, pero ahora que es más mayor siempre está preguntando que por qué tengo que irme, que cuándo voy a volver... A ella cada día le cuesta más que su padre esté tres meses fuera, y a mí también. Me necesita y eso puede más que cualquier otra cosa. De hecho, la idea era comprar algo e ir preparándolo sin prisas para que, dentro de un tiempo, unos diez años, volver. Pero, al final, ha podido más el corazón que la razón.
¿Lola quiere ser amazona?
Parece que no, aunque le encantan los animales. Sobre todo, los perros y los gatos. De hecho, dice que de mayor quiere ser veterinaria. Cosa que nos viene muy bien para la empresa familiar, ¿verdad?
Te retiras de la alta competición, pero no de la equitación. ¿Cómo va a ser esa nueva escuela?
Pues vamos a seguir con la marca que teníamos: Equitación Ezequiel León - Club Hípico de Avilés El Noque. Lo de Avilés es por mi abuelo, porque es su segundo apellido y mucha gente nos conoce así. Y el Noque porque es así como se llama la finca donde vamos a ubicar la escuela. Por allí han pasado varios jinetes de Ronda, pero llevaba un tiempo cerrado. Así que me decanté por él y, finalmente, va a ser el lugar elegido para mi retiro. Se encuentra a tres kilómetros de la ciudad, junto al Hotel Ronda Moment. La idea es poder tener tres pistas, una de ellas cubierta, y tres gradas. Ofreceremos pupilaje en box o libertad, doma en todas las disciplinas y niveles, y clases individuales. Prepararemos a los alumnos para que puedan competir, pero también para que puedan participar en espectáculos. También ofreceremos servicios a ganaderos.
Suena muy bien. Parece muy completa. Pero tú querías tener un espacio propio.
Sí, es cierto. Y lo he intentado, pero no ha sido fácil dar con un lugar adecuado para montar la escuela. Al final hemos encontrado este sitio, por el que vamos a pagar un alquiler pero que es maravilloso. Estamos trabajando muy duro para tenerlo a punto lo antes posible.
¿Para comienzos de 2022?
Sí, sin duda. El proyecto es muy grande y muy difícil de materializar en dos meses pero sí queremos traer los caballos a lo largo de este mes para instalarnos definitivamente aquí. A partir de ahí empezaríamos a formar a los jinetes que queremos que se queden en la escuela trabajando con nosotros. Van a venir algunos alumnos de Málaga y del extranjero, que ya me han mostrado su interés, pero la idea es poder contar con el mayor número de rondeños posibles. Yo he criticado mucho que la escuela de la Real Maestranza de Caballería Ronda, por ejemplo, es una institución muy importante pero no rondeños en ella a pesar de que podemos decir con orgullo que tenemos jinetes muy buenos, con un nivel muy alto, que podrían estar trabajando aquí perfectamente. Yo quiero todo lo contrario. Vamos a trabajar con profesionales de todo el mundo pero con una base local. Y ya comenzar con las clases a partir de febrero. En la inauguración, por supuesto, habrá un espectáculo inaugural en el que participarán compañeros de profesión y nombres reconocidos como Aires del Sur, Carmelo Cuevas o David Chaves.
No te arrepentirás de aquí a febrero, ¿no?
No, no. Te aseguro que no. La decisión ya está más que tomada. Además, estoy loco por ver que la escuela es una realidad. Ya no hay marcha atrás.
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