El consumo medio de energía de una vivienda se calcula en unos 80 euros al mes pero se podría reducir hasta los 12 euros si se aplican medidas de eficiencia energética, aunque todo depende de qué tipo de vivienda estemos hablando y el parque, público y privado, de Sevilla capital es ineficiente por regla general, principalmente, por su antigüedad.
Desde el punto de vista energético y haciendo una comparación con los electrodomésticos y las letras que los califican, la gran mayoría de las viviendas de Sevilla estarían en las letras F-G, las peores, aunque desde Emvisesa aclaran que no se trata tanto de las zonas de ubicación o de si son públicas o privadas, el problema es que la gran mayoría están construidas antes de que las normativas, las primeras datan de 1979, incluyeran criterios térmicos o climáticos. Desde entonces y hasta ahora, con los nuevos parámetros del Código Técnico de Edificación, a partir de 2022 tendremos viviendas nuevas, incluso con un consumo casi nulo.
Para reducir el consumo, que no el coste (en el que intervienen otras variables), y por tanto nuestra factura de energía, se pueden aplicar muchas medidas para alcanzar el coste cero e incluso aportar la sobrante. Las primeras medidas son pasivas, es decir, la mejora de los aislamientos en fachadas y cubiertas, cambiando, por ejemplo, los cerramientos de madera por otros menos permeables, y las otras son activas, con la instalación de placas fotovoltaicas, geotermia y aerotermia, tecnologías que permiten producir energía, incluso hasta el punto de que podamos verter a la red la sobrante.
“No sólo importa la sostenibilidad económica, reflejada en la factura energética, sino la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera; todo ello orientado a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, apuntan desde Emvisesa.
De hecho, como señalaba el director gerente de Emvisesa, Felipe Castro, en el programa de 7TV Tierra 7, la empresa pública de vivienda de Sevilla siempre “se ha adelantado” a esas normativas y, de las 20.000 viviendas nuevas que se han promovido “todas llevan captadores solares y en las 2.800 del parque público de alquiler, se están implementando mejoras como captación de energía solar con placas fotovoltaicas”.
El proyecto de Pajaritos
En este esfuerzo se incluye el proyecto para instalar paneles fotovoltaicos en 128 de las 144 viviendas que se van a rehabilitar en Los Pajaritos, cuyas obras se estima que comenzarán en 2023 tras la presentación de los proyectos el año que viene. El proyecto específico de eficiencia energética persigue, gracias a una ayuda solicitada a la Agencia Andaluza de la Energía, la mejora de fachadas y carpinterías así como la instalación de paneles térmicos “que contribuyan a la lucha contra la pobreza energética y la sostenibilidad del barrio”.
Además, Emvisesa ha solicitado ayudas a esta Agencia para la instalación de paneles fotovoltaicos capaces de producir electricidad como complemento a los anteriores y también incluidos en las diferentes líneas de subvenciones que tiene este organismo.
La reducción de la demanda energética provocada por las actuaciones previstas, así como el carácter renovable de la energía utilizada, conllevará una reducción directa de la factura de consumos energéticos, aseguran.
En los próximos años también está previsto iniciar la rehabilitación del resto de edificios de Pajaritos que son de titularidad pública. “Lo que sí tenemos claro es que pretendemos actuar sobre todo el área de una manera paulatina pero sin pausa”, aseguraba Castro en Tierra7.
Desde Emvisesa recuerdan que existen ayudas europeas y estatales para incrementar la eficiencia energética de nuestras viviendas. Actualmente están en desarrollo una serie de programas específicos para la rehabilitación energética, denominados Next Generation EU, con subvenciones directas con una cuantía importante, recogidas en el Real Decreto del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, publicado el pasado 6 de octubre.
“El objetivo, en sus diferentes programas, es la rehabilitación energética (con disminución del consumo de energías no renovables) y posee diferentes niveles de actuación o programas: a nivel de barrios, edificios y viviendas”, apuntan.
Dentro de los Programas del Plan Municipal de Vivienda y Suelo del TM. Sevilla 2018-2023, Emvisesa tiene entre sus objetivos destinar suelos dotacionales para la rehabilitación/y o construcción de alojamientos colaborativos, que quedarán bajo la gestión directa de la empresa pública. Estas actuaciones conllevarán la mejora de las envolventes de los edificios (fachadas y cubiertas) e instalación de placas fotovoltaicas. Además, “al tratarse de gestión propia dispondremos del control de agua y otra fuentes de energía en los edificios, lo que nos permitirá aumentar la eficiencia y el ahorro”, aseguran.
Naves de Renfe: geotermia y fotovoltaicas
Un proyecto a destacar entre todos los que está llevando a cabo Emvisesa es la rehabilitación de las Naves de Renfe, un proyecto cien por cien sostenible, “no solamente por la geotermia sino por las placas fotovoltaicas que producen tanta energía como consume, con saldo neto cero, donde la geotermia ayuda a la climatización”, resaltaba Felipe Castro.
El edificio se construye en el interior de una nave que fue almacén y taller de mantenimiento de Renfe, declarado como patrimonio industrial. Por ello, se mantiene toda la fachada, cubiertas y estética, en general, del edificio preexistente.
Desde el punto de vista de mejora de la eficiencia energética, se contempla la instalación de paneles fotovoltaicos para consumo eléctrico, así como la climatización a través de la instalación de geotermia, una energía renovable que se obtiene mediante el aprovechamiento de las temperaturas existentes en el interior de la Tierra. “Todo ello permitirá que el edificio produzca más energía de la que va a consumir”, aseguran desde Emvisesa.
“Se está instalando un sistema de tuberías que llegan a 120 metros de profundidad y así se produce un intercambio de calor, de los 12 grados de la tierra a los 38 del exterior, más eficiente porque se reduce el intercambio de temperatura. En invierno el sistema es menos eficiente para nuestro clima, pero se compensa con una mejora del aislamiento y es más fácil mantener la temperatura interior”, detallaba Castro en Tierra 7.
Ambos sistemas, aparte de contribuir activamente en la mejora en la eficiencia energética, tienen la cualidad de integrarse arquitectónicamente para evitar el impacto visual.
Adicionalmente, la estructura se ha ejecutado con madera, material innovador y renovable, cuyo proceso de fabricación demanda mucha menos energía que cualquier otro material como el acero o el hormigón, y con excelentes prestaciones como aislante térmico, resaltan desde Emvisesa.
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