Málaga

Sekou enloquece a una Rosaleda decisiva ante Las Palmas

Los goles de Antoñín y Sekou anularon el empate de Benito Ramírez y dan el triunfo al Málaga ante una UD Las Palmas que jugó con uno menos durante 40 minutos

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  • Sekou Gassama se estrenó como goleador y fue el héroe del partido. -

La Rosaleda fue el estadio con más gente feliz por metro cuadrado, no sin sufrimiento ni pifia, no sin estallido de euforia. Los números siguen siendo de grande de Europa: invicto como local, siete victorias, 23 puntos de 27 posibles. Ganar a Las Palmas era el colofón a una semana perfecta, con dos de dos, que solo un gol de Sekou Gassama pudo mejorar más todavía con un cabezazo que empujó también parte de la grada. 

El partido fue muy parejo al principio con los dos equipos observando al rival su modo de operar cara a la portería contraria, aunque con más dominio del conjunto malaguista, que intentaba por las bandas, con Antonín y Paulino, sorprender a la rocosa zaga canaria, que abortaba cualquier intento de los locales con contundencia e iniciaba con sus dos mejores jugadores Jonathan Viera y Jesé Rodríguez, el acercamiento al área del rival, aunque muy tímido y sin ocasiones importantes.

El enfrentamiento era soso, sin apenas acciones de peligros en ambos bandos, con excesivo respeto y con miedo a errar para no encajar un gol que les pusiera el encuentro cuesta arriba. El Málaga tenía problemas para la construcción, con el conductor Ramón Enríquez, sustituto del sancionado Genaro Rodríguez, tapado y bien defendido, y un conjunto canario bien armado en el centro del campo con Kirian y Óscar, quien tuvo la primera ocasión de gol con un lanzamiento al poste en el minuto 21.

El excesivo toque transformaba al encuentro, donde los locales tenían muchos problemas para llegar al área contraria y Las Palmas con apenas tres toques creaba incertidumbre y problemas en la defensa malaguista como lo que ocurrió con el disparo de Jonathan Viera, solo delante del guardameta Dani Martín, quién abortó el gol con una espléndida intervención, que dejaba claro que el que mandaba era el conjunto canario.

Pero el fútbol es imprevisible como la vida, y en la siguiente jugada la fabricaron entre Víctor Gómez, Brandon, quien su pase raso en el área pequeña lo remató Antoñín, adelantándose a la defensa canaria en el minuto 30. Todo cambió en el marcador, aunque el Málaga siguió con su mismo plan, balón al rival, y a esperar a la contra con la rapidez de los puñales Antoñín y Paulino y el trabajo de Brandon y Roberto, arriba para intentar sentenciar.

Las Palmas, a pesar de la sorpresa, no se amilanó y continuó atacando para buscar el empate e incluso Jesé, algo apagado, con un disparo cruzado pudo igualar el partido.

Nada cambió tras el descanso con Las Palmas dominador y con ocasiones y, un Málaga, excesivamente contemplativo y sin apenas inquietar al guardameta Raúl Fernández. Apenas pasaban los minutos y no sucedía nada reseñable hasta que llegó la expulsión del centrocampista Enzo Loiodice, por doble amarilla en el minuto 52. El sistema del equipo canario sufrió alguna variación, pero siguió mandando ante un equipo malagueño, que no aprovechaba la inferioridad numérica para marcar un segundo gol que le pusiera el encuentro en franquicia.

El Málaga inició los cambios para intentar mejorar una segunda parte deplorable ante un rival con un menos, con la entrada de Jozabed, Ismael Gutiérrez y Kevin, por Antoñín, Ramón Enríquez, que se retiró lesionado, y Roberto. Las Palmas estaba mereciendo el empate y llegó en una pifia de Mathieu Peybernes, que quiso ceder el balón con el pecho al portero Dani Martín, y sin ver a Benito, que estaban por delante, le habilitó para que marcara el gol del empate en el minuto 77.

El Málaga adelantó líneas y se fue a por el partido que se le había puesto cuesta arriba con el gol del equipo canario. Y fue en un córner cuando el recién estrenado, el delantero Sekou Gassama, remató de cabeza batiendo a Raúl Fernández. Fue la locura, el primer gol del punta, uno de los fichajes de esta temporada, ante un público entregado, que nunca falla y que casi llenó La Rosaleda. Mereció la pena todo por el final, un 2-1 muy trabajado del Málaga ante una UD Las Palmas que jugó con diez durante buena parte del segundo tiempo, que amenazó con sus jugones Jesé y Jonathan Viera pero que murió, como mueren todos los equipos cuando visitan el templo de Martiricos.

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